Con una lluvia persistente que no dejó de acompañar a los pilotos a lo largo de toda su tanda de entrenamientos, Rossi aguantó la presión de sus rivales para en su último giro, ya con la bandera de cuadros ondeando en la recta de meta, doblegar con suficiencia, más de seis décimas de segundo, a quien por entonces tenía el mejor tiempo de entrenamientos, Jorge Lorenzo.
Además, las malas condiciones en las que los pilotos tuvieron que disputar los entrenamientos propició no pocos percances en forma de caídas, la más espectacular de ellas la protagonizada por el estadounidense Nicky Hayden, que embistió por detrás al italiano Niccolo Canepa, que ni vio lo que se le venía encima. Pero el primer presagio de la dureza de la jornada lo protagonizó el francés Randy de Puniet (Honda RC 212 V), quien a pocos minutos de haber comenzado los entrenamientos ya se había ido por los suelos, en tanto en cuanto era el australiano Casey Stoner (Ducati Desmosedici) quien se encargaba de marcar el ritmo al frente de la tabla de tiempos, aunque secundado por los dos de siempre, Lorenzo y Rossi.
Ya pasado el ecuador de la carrera, cuando todos debían comenzar a incrementar su ritmo para buscar un hueco en las posiciones de cabeza de las primeras líneas de la formación de salida, fue cuando se produjo un incremento de los accidentes, entre los que Canepa se llevó la palma al sufrir dos caídas, la segunda de ellas con consecuencia del percance con Hayden.
Dani Pedrosa, vencedor en Laguna Seca, tuvo que conformarse con la octava plaza.
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