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Albert Orfila/Miquel Alzamora Con algunos matices, Alemany tiene la palabra. El presidente y propietario del Mallorca debe ventilar durante las próximas horas el asunto de la venta del club o liderar el nuevo proyecto, al menos, una temporada más. El abogado nacido en Andratx debe decidir hoy mismo si acepta o no el calendario de pagos que le ha puesto sobre la mesa Carlos González y finiquitar un culebrón que mantiene el club en estado de hibernación. Como avanzó el empresario tinerfeño trasladó días atrás a Alemany su intención de revisar el acuerdo inicial que habían suscrito (5 millones de euros al contado por casi el 99 por ciento de las acciones) y fraccionar los pagos. Según ha podido saber este diario, la propuesta que han servido los abogados de González a Alemany establece un calendario de pagos fraccionado en cuatro plazos y tendría una vigencia de dos años. El primer abono se realizaría en el mismo momento en el que se firmara la transacción de las acciones y ascendería a 1'5 millones de euros, la misma cantidad que pagó Alemany semanas atrás. Los tres siguientes pagos se realizarían en diciembre de este año, en agosto de 2010 y el último en agosto de 2011.

Ultima Hora,

Si Mateu Alemany acepta las condiciones fijadas por González, la propiedad cambiaría hoy mismo de manos. El dueño del Grupo Ecco ha advertido recientemente que no hay espacio alguno para la negociación y una negativa de Alemany provocaría su retirada inmediata de la operación.

Carlos González ha decidido poner la pelota sobre el tejado de Alemany y no piensa retroceder un solo paso. «Mis condiciones son innegociables», ha repetido el empresario durante los últimos días. Por su parte, Alemany ha decidido prolongar la partida hasta el último minuto y estaba previsto que hoy se reuniera con Carlos González, que al cierre de esta edición aseguró que desconocía si iba a viajar o no a la Isla.

El firme posicionamiento de González deja prácticamente descartada la posibilidad de que se abra una nueva vía de negociación. Si Alemany no acepta cobrar en cuatro plazos, González se retira. El motivo que esgrime el empresario para alterar el pacto inicial radica en la urgente necesidad que tiene el club de formular una serie de pagos de forma inmediata y que en principio él desconocía que debieran realizarse nada más tomar posesión del cargo. Los problemas de liquidez hacen que González pretenda 'desviar' parte de los cinco millones que debía abonar al contado a Alemany, en cubrir la deuda que de forma inmediata tiene que abonarse y que oscilan entre los cuatro y cinco millones de euros. Su equipo de asesores económicos que trabajan tanto en Palma como en Madrid le desaconsejan rubricar la firma de compra debido a los problemas de tesorería y que, según su director general, Javier Jiménez Sacristán, «en este capítulo el club está peor de lo que esperábamos y es probable que de entrada tengamos que invertir un 200 por ciento más de lo que teníamos previsto».