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Fernando Fernández El futuro de Jorge Lorenzo se ha convertido en una cuestión de estado en el paddock del Mundial de MotoGP. De su determinación final están pendientes otros pilotos, y el mallorquín desea solventar este asunto de inmediato. Tanto, que antes del lunes tiene previsto decidir cuál será su destino a partir de 2010. La intención del bicampeón del mundo del cuarto de litro es cerrar su continuidad en Yamaha o la marcha a Ducati antes de viajar a Indianápolis, escenario del próximo Gran Premio (30 de agosto). Tras las informaciones aparecidas que referían un preacuerdo con la factoría de Borgo Panigale, e incluso un encuentro en Barcelona con su reponsable deportivo, Livio Suppo, el mánager de Jorge, Marcos Hirsch, salió al paso para negarlo y dejar claro que «de aquí al lunes, Jorge tendrá una decisión tomada». Todo ello hace pensar que durante la visita del piloto a Mallorca -llega hoy para pasar el fin de semana junto a su familia, sin descuidar sus entrenamientos-, zanjará el asunto que tiene en vilo al Mundial.

Yamaha o Ducati. Ésa es la cuestión, el motivo de reflexión para un Jorge Lorenzo que ha demostrado de sobra su calidad a lomos de la M1, ofreciéndosele la posibilidad de rodar sobre la Desmosedici.

«Ni hubo reunión ni hay nada cerrado. Existen esas opciones, pero vamos a estudiarlo todo hasta el último detalle, para tomar una decisión madurada y que sea la mejor en todos los aspectos. Será una decisión global, teniendo en cuenta las parcelas deportiva, personal y económica», explicaba Hirsch, quien quiso recordar que «no será una determinación puramente económica. Debe cumplir lo que Jorge necesita para seguir creciendo como piloto y persona», aseguró el representante del 99, que redujo a Yamaha y Ducati la nómina de pretendientes del balear. Toda vez que el actual segundo clasificado del Mundial tenga una decisión tomada, y por respeto a ellas, se comunicará a las partes implicadas y se hará pública, cerrándose así uno de los capítulos que más páginas y horas de radio y televisión está llenando a lo largo de este verano.

Ducati ha copado el grueso de las informaciones y rumores sobre el porvenir de Lorenzo. El bajo rendimiento de Stoner ha disparado el interés de la fábrica de Borgo Panigale, que ha apostado fuerte de la mano de Marlboro (Philip Morris). La mareante oferta económica -se habla de entre 5 y 8 millones por temporada, lo que le convertiría en el segundo piloto mejor pagado de la parrilla- y el hecho de ser piloto número uno de la fábrica, por delante de Stoner, son los principales argumentos que exhiben los italianos, que al igual que Yamaha tienen en la recámara a Pedrosa.

Por su parte, la renovación con Yamaha, para Jorge siempre la primera opción, también está sobre la mesa. Pese a tratarse de una oferta económicamente inferior -entre 3'5 y 4 millones por dos años- y tener como compañero a Valentino Rossi (a quien incomoda la presencia y la progresión de Jorge), su conocimiento de la M1, el ambiente en su equipo, el interés de Fiat en Lorenzo y un cambio de actitud de Lin Jarvis y Masao Furusawa podrían dar continuidad al ciclo del 99. Eso sí, Jorge tendrá siempre la última palabra.