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La selección española selló el pasaporte al Mundial 2010 de Sudáfrica, con un impecable camino creado con pleno de triunfos, en esta ocasión alejado de la brillantez pero sin sufrimiento ante la débil Estonia, a la que tumbó con goles de Cesc, Santi Cazorla y Juan Mata. España ya es mundialista. No faltará a la cita en Sudáfrica, donde será catalogada favorita por su brillante triunfo en la Eurocopa y su brillantez rumbo al Mundial, olvidado el disgusto de la Confederaciones.

España llegaba a Mérida con la difícil tarea de mantener el alto nivel de juego. Por momentos hubo más espectáculo en la grada que sobre el césped, donde se reivindicó Cesc y en el que Iker Casillas superaba un nuevo registro, el de partidos sin encajar un gol.

El vapuleo a Bélgica hizo pensar al seleccionador en repetir equipo, pero si algo es Del Bosque es psicólogo. Su mano izquierda le ha conducido al éxito en capítulos pasados de su carrera. Y ante Estonia sabía que debía contentar a jugadores. Por el bien del grupo.

El pelotón de cabizbajos lo lideraba Cesc y gracias a su batuta despertó a la 'Roja' de unos minutos planos, por los 35 grados, y sin ideas en un campo que le faltaba riego para colaborar en la velocidad del fútbol español.

Estonia nunca renunció a tocar el balón. No dio un solo pelotazo. Ni en los minutos de asedio. Antes fueron ellos los que hicieron que Iker Casillas se frotase los ojos para creer las acometidas del rival. España se enchufó de golpe. Trianguló con brillantez pero Torres perdonó. No falló Cesc. En una de sus clásicas jugadas fue el tanto de un jugador que disfruta más asistiendo. Su tercero en 44 encuentros. Rabia desatada en la celebración. Se soltó España ante el cansancio estonio.

En la reanudación mareó a Estonia con el toque. Superior en calidad los goles eran cuestión de tiempo. Comprobado que no era el día de Torres y Villa, Del Bosque movió el banquillo con acierto. Un solo disparo desviado de Estonia, antes de que tras innumerables intentos de pases en la frontal rival, Cazorla encontrase el hueco y su disparo potente, tras un rechace, se alojase en la red. España disfrutaba de su clasificación al Mundial cuando, sobre la hora, Mata culminó la fiesta tras una asistencia de Cazorla.