El próximo domingo, 4 de octubre, se cumplirán dos años de un día que marcó para siempre el devenir del Palau d'Esports de Palma. El temporal que asoló Ciutat se cebó de manera especial con Son Moix, que quedó en estado catastrófico. Transcurridos veinticuatro meses, la instalación sólo ha visto reconstruída la cubierta del pabellón y observa cómo el grueso del recinto, en especial la piscina, entra en un proceso de degradación motivado por la ausencia de actuaciones. La falta de inyección de capital desde la regiduría de Hisenda bloqueó los concursos que activaban los posteriores trabajos, pero este problema entra en la recta final hacia su solución.
Gracias a la presión ejercida por la oposición en Cort (PP), el equipo de la alcaldesa Aina Calvo se ha comprometido a firmar y presentar antes de un mes el convenio que, desde Hisenda, ya se perfila con el Govern. Hasta el momento, se han invertido en la reforma de Son Moix 3'5 millones de euros de los 18'5 presupuestados para su mejora integral. Desde marzo no se han llevado a término progresos en los trabajos, por lo que las cantidades que se deben percibir merced al acuerdo entre Govern y Cort, procedentes de la Llei de Capitalitat, ayudarán a reactivar una obra que, si se cumplen los planes del Ajuntament de Palma, vería como el pabellón podría estar listo en seis meses, tal y como adelantaba el regidor d'Esports de Cort, Baldomero Oliver, quien en el caso de la piscina, a expensas de adjudicarse el proyecto, optó por no fijarse plazos. «Son Moix es nuestra prioridad», recalcaba Oliver, para quien los 15 millones a percibir «ayudarán a licitar y avanzar de forma notable los trabajos de reforma integral» del Palau, que se centrarán en primer término en la emblemática pista polideportiva.
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