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Miquel Alzamora/Carlos Montes de Oca

Mateu Alemany siempre suele tener un as en la manga. Por eso y por su capacidad para manejarse en situaciones críticas, su credibilidad sigue prácticamente intacta. Pese a la frustrada venta del club a los Mingarro y las consecuencias que ello ha tenido para el club, el ahora consejero delegado está tratando de rectificar sobre la marcha. No es la primera vez que saca al club del atolladero y pese a la crítica situación por la que atraviesa el club en estos momentos, el abogado mallorquín vuelve a dar síntomas de que está en plena forma. Una de las opciones que tiene sobre la mesa es la 'operación Sitjar', reactivada por Cort y que de llegar a buen puerto serviría para paliar parte de los males económicos de la SAD. No es la primera vez que Mateu echa mano del salvavidas para evitar que el club se estrelle.

La primera gran crisis deportiva y económica del club siendo ya Sociedad Anónima llegó en verano del 95, cuando Miquel Dalmau había decidido abandonar el Mallorca y no encontraba un comprador solvente. Finalmente el doctor Bartolmé Beltrán entró en la entidad y con el apoyo financiero de Zeta logró en dos temporadas ascender a Primera División. La presencia del grupo de Antonio Asensio se hizo más fuerte a medida que pasaban las temporadas y con Alemany dirigiendo desde Palma, el Mallorca vivió los mejores años de su historia. Sin embargo, el fallecimiento de Antonio Asensio hizo que el interés por el club por parte de Zeta decreciera. Alemany se quedaba sólo y echó mano de su amistad con Cursach.