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Aunque parece que la tormenta amaina, la crisis institucional del Mallorca le sigue comiendo terreno a la actualidad deportiva. Y una vez apartada del plano la familia Martí Mingarro, casi todas las miradas se centran ahora en Tomeu Vidal. El presidente del club, que sigue ocupando el cargo pese a la oposición de una facción del consejo, no está demasiado implicado en el día a día de la primera plantilla y los jugadores reconocen abiertamente que los vínculos entre ambas partes son prácticamente inexistentes. «No tenemos mucho contacto con él», explicaba ayer Víctor Casadesús. «Es verdad que viaja con nosotros y que es uno más, pero no puedo decir que nuestra relación sea maravillosa o que sea mala. No se ha metido nunca en nuestros asuntos, ni para bien ni para mal. Es nuestro presidente, pero no tenemos mucho trato. Ni fu, ni fa».

Víctor, que fuera del campo se distingue por hablar muy claro, confirmó además que el plantel al completo era partidario del regreso de Mateu Alemany. «Todo ha cambiado mucho y no sólo para los jugadores, que queríamos a Mateu. Y esperemos que pueda arreglar un poco todo lo que ha quedado tocado».

A su vez, el delantero de Algaida aseguró que no volverán a repetirse las escenas de hace unas semanas, cuando Martí Asensio visitó el vestuario de Son Bibiloni para reunirse con los futbolistas y ofrecerles explicaciones acerca del retraso en los pagos. «Si Mateu no nos puede pagar, vendrá, hablará con nosotros y nos dará soluciones, que es lo importante, «argumentaba. «El problema de antes es que todo eran mentiras y que todo iba dos o tres pasos por detrás de lo que él (el ex consejero delegado) decía, pero no íbamos a ningún sitio. La plantilla se portó muy bien el año pasado. Pero si después llega otro señor y empieza a incumplir los pagos, las nóminas y las primas y ves como te engañan todos los días, te sientes mal. Lo bueno es que la caseta se ha quedado al margen y que nada ha llegado al campo», recordaba el atacante isleño. Al margen de su repaso a la actividad en los despachos, Víctor también analizó su sequía goleadora. El balear, que es el único delantero del equipo que todavía no ha visto puerta, admite que tiene «unas ganas locas de marcar» y que su situación actual le genera cierta inquietud: «No os puedo engañar y no sé si me preocupa o me provoca ansiedad, pero sí que tengo muchas ganas de marcar. Por lo menos he dado asistencias, estoy participando y los compañeros confían en mi juego, que es lo importante y lo que me hace estar contento», subrayaba.

En esa dirección, Víctor se muestra especialmente satisfecho con su nivel de juego, que él mismo considera como «el más alto» desde que está en la primera plantilla. «Creo que mi trabajo es muy bueno, sólo que viene acompañado de una mala racha de cara a portería. El otro día Nunes me dijo: 'el fútbol es muy ingrato. Es el año que mejor te veo, que más trabajas para el equipo y que más estás dando. Sin embargo, es el año que menos marcas'. Tiene razón. Creo que la gente ve lo que hago y que por eso sigo jugando. Todo llegará», afirmaba esperanzado.

El jugador rojillo se refirió también a la visita del Almería al ONO Estadi (domingo, 17.00 horas). Según Víctor, el mal momento que vive el conjunto que dirige Hugo Sánchez puede ser perjudicial para el Mallorca, aunque todo dependerá de cómo afronte el encuentro el cuadro isleño. «Creo que nos hemos ganado un respeto en casa y espero que continuemos jugando igual, con las mismas ganas e intensidad que hasta ahora. Ésa es hasta ahora nuestra seña de identidad. A veces es peor que los rivales vengan necesitados. Pero si no faltan las ganas, al final ganaremos y el resultado volverá a caer de nuestra parte», destacaba.