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El año que se agota resultará difícil de borrar de la memoria de Brigit Yagüe y Marga Crespí. En 2009, las mallorquinas lograron entrar en los anales del deporte isleño y nacional gracias a dos gestas que marcan un antes y un después en el taekwondo y natación sincronizada. Ambas, han sido artífices de dos de los éxitos más sonados del deporte español. Su año de oro quedará para siempre plasmado en los títulos mundiales que cosecharon en Copenhague y Roma, respectivamente. Y, de paso, certifican que el deporte femenino ha ido a más en el archipiélago. Eso sí, con el permiso de los Mario Mola -campeón del mundo júnior de triatlón-, Jorge Lorenzo, Rudy Fernández, Rafael Nadal, David Bustos y compañía. Esta vez, los títulos absolutos y sus correspondientes medallas de oro han corrido a su cuenta.

Las dos campeonas del mundo comparten lugar de trabajo y residencia en el CAR de Sant Cugat, pero apenas habían coincidido, aunque ambas sabían de sus respectivas trayectorias. Ayer, se conocieron en persona y compartieron multitud de vivencias en su centro de operaciones.

Reivindicación
Tanto Yagüe como Crespí no esconden la importancia de sus éxitos de cara a que el deporte femenino dé un paso al frente. «Es curioso, a ver si el año que viene somos más», exclamaba la taekwondista, mientras Marga recordó que «nuestros deportes no son de masas, y estos resultados nos ayudarán». Como consejo, Brigit recomienda a Marga «que disfrute de cada medalla».

Para Yagüe, su tercera corona absoluta llegó en un momento especial. Tras una larga lesión (doble fractura en la mano izquierda) que le apartó de los Juegos de Pekín, volvió en el Mundial de Copenhague. Allí se colgó el oro y se convirtió en la primera mujer del planeta que se coronaba tricampeona mundial (hay que añadirle un título mundial júnior). «Me habían retirado tras un año fuera, pero me tomé cada combate como un reto. Cuando gané la final, pensé que estaba aquí de nuevo», narraba Brigit, que de cara a 2010 traza el Europeo de San Petersburgo -defiende título- y los nacionales como grandes retos. «Ahora preparo objetivos concretos», recuerda.

Londres 2012 Yagüe y Crespí comparten una meta: Londres 2012. «Sería un sueño», dice la nadadora; Brigit se lo toma como «una segunda oportunidad. Y si vamos, es para ganar una medalla», apostilla, tras caer en primera ronda en Atenas y perderse Pekín.

A Marga Crespí no le han cambiado la vida las tres medallas (un oro y dos platas) de Roma. El primer título de la natación sincronizada española llegaba en rutina libre combinada. Con 19 años, la del Mediterránea añadía dos platas -ejercicio técnico por equipos y estilo libre- y vivía días únicos. «No me lo creía. Te vienen a la cabeza tantas cosas y eres tan feliz que no se puede explicar», sentencia. Ahora, Marga asume el relevo generacional en el equipo, que tiene el Europeo y la Copa del Mundo en mente, y Rusia y China como rivales.

Juventud y experiencia se mezclan con Brigit y Marga, que aseguran longevidad al dulce momento del deporte balear.