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Real Valladolid y Real Madrid se enfrentan en el estadio José Zorrilla en plena depresión, hundidos los locales a cinco puntos de la salvación sin conseguir un triunfo en 2010 y con la sexta eliminación consecutiva en Liga de Campeones en octavos de final para los madridistas.

El Real Valladolid espera aprovechar el bajón anímico que ha generado la eliminación europea del Real Madrid, para conseguir su primera victoria del 2010 y, de paso, empezar la huida desde los puestos de descenso.

Desde que Onésimo Sánchez cogió el mando, el equipo vallisoletano sólo ha conseguido dos puntos y aunque se atisbaron algunos apuntes de reacción en los primeros partidos, los dos últimos ante Mallorca y Athletic Club no han ofrecido buenas sensaciones.

Luis Prieto volvió dañarse esta semana su rodilla derecha, tras superar la pasada un tirón en los isquiotibiales, y Alvaro Rubio también se ha resentido de unos problemas musculares. Ambos jugadores son baja para el partido de mañana ante un Real Madrid que no ha ganado en sus tres últimas visitas a Zorrilla. Empató a cero en partido de Copa en la temporada 2005/06, 1-1 en la Liga 2007/08 y cayó 1-0 la pasada campaña.

El delantero Manucho es el último lesionado de la semana en el Valladolid. El angoleño se une a la lista de bajas por lesión en la que ya estaban Sisi, Jacobo, Jonathan Sesma y los mencionados Alvaro Rubio y Prieto. Además, por decisión técnica se quedan fuera de la convocatoria el defensa Barragán y el centrocampista Héctor Font, mientras que entran Nauzet Alemán y el uruguayo Fabián Canobbio, que dio la victoria a los vallisoletanos en el encuentro del pasado año.

Onésimo piensa que la eliminación de Liga de Campeones le ha hecho «daño» al Real Madrid y piensa aprovecharse saliendo «a morder y a ganar». El técnico sigue « convencido» de que será posible salir de la zona de descenso, aunque ahora mismo le separan cinco puntos de la salvación.

Pero el estado anímico de la plantilla madridista, hundida por el fracaso europeo, no debe reflejarse sobre el terreno de juego entre dos equipos distanciados por 42 puntos. En eso ha trabajado Manuel Pellegrini que ha pedido a sus futbolistas que levanten la cabeza y cumplan el objetivo de ganar el título de Liga, competición en la que encadenan siete triunfos consecutivos.

El fracaso en una Liga de Campeones especial, más este año que la final se dispute en el Santiago Bernabéu, ha generado debates internos en el madridismo que busca culpables. El más señalado es el técnico, pero con Pellegrini se cuestiona el rendimiento de Kaká o los fallos en el remate de 'Pipita' Higuaín.

Así, el Real Madrid pasa de su mejor versión, con la que conquistó el liderato con remontada heroica ante el Sevilla en la pasada jornada, a la depresión por caer con estrépito por segunda vez en la campaña, la primera fue en Copa del Rey ante el Alcorcón.

Para la reacción pierde Pellegrini al brasileño Kaká. Una contractura muscular, tras sus quejas por el cambio ante el Lyon y las críticas de su entorno al técnico chileno, echan más leña al fuego. Se une en el capítulo de bajas por lesión a Pepe, Royston Drenthe y Karim Benzema.

Pero regresan al equipos dos futbolistas que dan equilibrio y echó en falta el Real Madrid ante el Lyon. Xabi Alonso vuelve a tomar las riendas y Marcelo a dar mayor sentido al ataque con sus incursiones por la banda izquierda. Mientras, todo indica a que será Rafael Van der Vaart el que ocupe el hueco dejado por Kaká.

La directiva madridista confiará en Pellegrini hasta el final de temporada, si antes no se tuerce el camino al título liguero. Sobre el campo todos los jugadores tienen ganas de hablar, especialmente Higuaín y Cristiano Ronaldo. Una jugada, al final decisiva ante el Lyon, ha desatado una polémica entre ambos. Sin Kaká en el campo, están condenados a entenderse en ataque y silenciar las críticas.