Rosell comentó durante su discurso de proclamación que el Barça «es un sentimiento» y eso «lo convierte en invencible» y se ha planteado como reto «superar el listón» deportivo dejado por Joan Laporta.
Casi cuatrocientos invitados presenciaron en directo la toma de posesión del nuevo presidente del Barça. Un acto repleto de simbolismos que se desarrolló en los jardines de La Masia ubicada a los pies del Camp Nou.
Allí se dieron cita cinco ex presidentes de la entidad (sólo ha faltado José Luis Núñez, quien ha declinado la invitación); todos los técnicos de la entidad, los candidatos en los últimos comicios, así como Johan Cruyff, el presidente de honor del club.
En su breve discurso, Rosell insistió en la idea de que la entidad debe ser participativa, abierta a los socios, y alabó el trabajo realizado por Laporta.
«Soy un presidente que se pone al servicio de todos. Este es uno de los momentos más importantes de mi vida, mi primer momento como presidente», explicó. Quiere marcar «una nueva época dorada del barcelonismo», pero sobre todo desea que el club «sea decididamente del socio», al que definió como «el verdadero propietario del club». También, prometió que «la transparencia será una constante» en el devenir del nuevo equipo directivo.
Rosell explicó que su directiva se ha marcado el hito de mejorar lo conseguido hasta ahora. «El listón está muy alto, pero intentaremos superarlo. Somos el Barça, un sentimiento único, y eso nos hace invencibles». Antes Joan Laporta le deseó «mucho acierto y mucha suerte» a Rosell en la nueva etapa. «Os lo deseo de todo corazón», declaró.
El ex presidente aseguró que los miembros de su junta directiva se van «contentos y felices por el trabajo y los resultados conseguidos». Además, recordó que deja al Barça en uno de los mejore momentos de su historia.
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