Imagen de la Plaza de la Reina, la mañana después de la victoria. | Pere Bota

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La ciudad de Palma amaneció ayer con resaca después de la celebración de la primera victoria de la Selección española en un Mundial de fútbol, una fiesta que se prolongó hasta altas horas de la madrugada y que tuvo las lógicas consecuencias en la limpieza y el mobiliario urbano del centro de la ciudad.
Los bares y restaurantes habilitados para ver el fútbol hicieron su agosto durante las semanas en que se prolongó el campeonato del mundo y ayer ampliaron sus horarios para celebrar el colofón, la victoria de España.
De hecho, desde la Asociación de Restauración de la federación de la pequeña y mediana empresa de Mallorca, PIMEM, su presidente, Juan Cabrera, afirmó que los bares de Palma y de las principales zonas turísticas de Mallorca, caso de Palmanova, Magaluf, Punta Ballena y Platja de Palma, han tenido un comportamiento «francamente bueno» durante la celebración del Mundial y, en concreto, en el último fin de semana de competición.

Destrozos

En concreto, desde la asociación de empresarios de restauración afirmaron que el campeonato del mundo de fútbol «ha salvado» el mes de julio a la mayoría de establecimientos adecuados para ver el fútbol e, incluso, toda la temporada a algunos negocios de las zonas turísticas.
En cuanto a las consecuencias urbanas del mundial, además de incrementar la carga de trabajo a los empleados de Emaya, también se han producido algunos destrozos como consecuencia del fervor desatado por las sucesivas victorias de la Selección en el campeonato.
Por ejemplo, la empresa municipal encargada de la limpieza informó ayer de la desaparición de un surtidor de agua de la fuente de las tortugas el día de la victoria de España frente a Alemania, en las semifinales del mundial, por lo que decidió anticiparse y retirar el resto de fuentes de cara a la celebración del título mundial.