El italiano Vincenzo Nibali (Liquigas), de 25 años, entró en Madrid como vencedor de la 75 edición de la Vuelta a España una vez finalizada la última etapa disputada a través de 85 kilómetros entre San Sebastián de los Reyes y la madrileña Plaza de Cibeles, en la que se impuso al esprint el estadounidense Tyler Farrar (Garmin), ganando el pulso al británico Mark Cavendish.
Farrar, de 26 años, aprovechó el ligero ascenso de la recta de llegada para imponerse por delante de Cavendish y del australiano Allan Davis (Astana), todos con el tiempo de 2h.02.25. Era su segunda victoria en la presente edición después de la que firmó en Lorca.
«Una victoria importante por ser la última», dijo Farrar, otro éxito que podrá dedicar a su padre, quien quedó paralítico hace dos años cuando iba en bicicleta y fue atropellado por un coche.
En medio del pelotón entró Nibali ya como vencedor final, por lo que subió al podio a enfundarse el maillot rojo definitivo, una victoria que «el tiburón de Messina» espera «que sea la primera de muchas». A su lado subió al podio Ezequiel Mosquera, quien no ganó la Vuelta «pero sí a la afición», a la que agradeció su calor en toda la carrera. Peter Velits, el invitado anónimo, se hizo con el tercer escalón.
Madrid recibió al quinto italiano vencedor de la Vuelta a España, después de veinte años de espera, con aquel triunfo de Marco Giovanetti en 1990. Antes lo hicieron Conterno (1956), Gimondi (1968) y Battaglin (1981). El triunfo de Nibali, un hombre tranquilo, sencillo y confiado, le abre las puertas a retos mayores, y el primero de ellos es el Tour de Francia, donde está dispuesto a luchar con Alberto Contador y Andy Schleck.
Nibali se lleva su primera grande con 25 años, en una temporada en la que avisó con un inesperado tercer puesto en el Giro de Italia. Le interrumpieron las vacaciones en Messina para alistarlo en el Giro, y así cubrir la baja de Pellizotti, enfrascado con valores sanguíneos dudosos. Se presentó a la carrera rosa sin presión, ganó una etapa y llevó el jersey de líder tres días.
En su primera grande como líder indiscutible Nibali ha hecho diana. En la Vuelta no ha ganado ninguna etapa, pero ha sido el más regular y, sin ser el mejor en ningún terreno concreto, se ha llevado el maillot rojo.
Ezequiel Mosquera (Xacobeo) se despidió del equipo para irse al Vacansoleil con el resultado de su vida y el eslovaco Peter Velits (Columbia), se fue con la etiqueta de revelación.
La Vuelta del 75 aniversario ofreció etapas interesantes, gracias a un recorrido de montaña y finales con trampas, rampas o puertos cercanos a meta que obligaron a los favoritos a medir sus fuerzas. Se mantuvo el interés hasta el final, hasta la inédita etapa de la Bola del Mundo, un hallazgo para sucesivas ediciones. Y quedó la duda de qué hubiera pasado si la desgracia no se hubiera cebado con Igor Antón cuando iba con el maillot rojo.
Los corredores españoles ocuparon cinco puestos en el 'top ten'. Mosquera aparte, «Purito» Rodríguez finalizó cuarto, Xavier Tondo sexto, Carlos Sastre octavo y décimo Luis León Sánchez.
El cuadro de honor se completó con el francés David Moncoutié (Cofidis), por tercer año consecutivo rey de la montaña, de nuevo Vincenzo Nibali como líder de la combinada, el Katusha como mejor equipo y el británico Mark Cavendish (Columbia) como propietario del maillot de la regularidad.
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