El Barcelona dispone, en Atenas y frente al Panathinaikos, la posibilidad de cerrar su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones ante un necesitado conjunto heleno que no tiene margen de error. Será la segunda oportunidad que tienen los azulgrana para cerrar su clasificación. La primera no la aprovecharon después de empatar en Copenhague (1-1), en un partido muy duro y frente a un rival que tiene todos los números para convertirse una de las revelaciones de la competición.
En Atenas, Guardiola tiene un dilema. A pocos días del clásico, el técnico debe decidirse entre alinear a sus mejores hombres o en practicar rotaciones, tal y como hizo ante el Almería, cuando dejó en el banquillo a Gerard Piqué y Sergio Busquets y en casa a Abidal, aquejado de problemas físicos.
Sin embargo, todo apunta a que el Barça no reservará efectivos en su intento de conseguir la clasificación y, si es posible, asegurarse la primera plaza del grupo, algo que otorga la posibilidad de jugar la vuelta de octavos de final en casa.
Peligro
El director deportivo barcelonista, Andoni Zubizarreta, advirtió sobre los poderes del Panathinaikos, que cuenta con un nuevo entrenador y juega en un estadio complicado. «Siempre que vamos a Grecia pensamos en equipos con mucha exigencia competitiva y en un campo volcado, con mucho ruido y presión de la grada. No sé qué nos encontraremos, pero eso es lo que nos esperamos», reconoció. Y es que el Barça se la juega en un campo que no le es muy propicio. Ha jugado dos ocasiones contra el Panathinaikos y no ha ganado ninguna de ellas. Perdió por 1-0 en los cuartos de final de la Champions (2001-02) y empató (0-0), en un partido de la fase de grupos de la temporada 2005-06.
Al margen de decisiones técnicas, Guardiola comprobará el estado físico de Abidal, que se perdió el partido liguero frente al Almería. En todo caso, el Barça todo apunta a que Guardiola alineará a su equipo de gala. Con Alves, Piqué, Puyol y Maxwell en defensa; la medular con Busquets, Xavi e Iniesta y la tripleta atacante Pedro, Messi y Villa.
Los griegos llevan una mala racha en la presente edición de la Champions (0-2 ante el Copenhague y 0-0 frente al Rubin Kazan) y sólo suman dos puntos en cuatro partidos, lo cual ha supuesto el cambio de técnico. El nuevo entrenador, el portugués Jesualdo Ferreira, ex técnico del Málaga intenta darle otro aire al equipo ateniense, a base de una mayor consistencia en su juego y en la máxima libertad para el delantero Cissé, que está una buena racha y suma diez goles en los diez partidos de la liga griega disputados.
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