Gregorio Manzano, durante una rueda de prensa en el Sánchez Pizjuán. | Redacción Digital

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Gregorio Manzano vive sus peores momentos como entrenador del Sevilla. Además de los malos resultados que ha ido cosechando su equipo en los últimos tiempos, al técnico de Bailén se le empiezan a amontonar los problemas dentro del vestuario. La última muestra de ello la protagonizaba el defensa Martín Cáceres, quien tras varios encuentros actuando en una posición distinta a la suya estalló ante los micrófonos de Onda Cero de la capital hispalense. «Me pongo caliente con el tema porque jugando como lo hice en el primer transcurso de la Liga, veo cómo ahora el míster me pone de lateral y eso me incomoda porque no me gusta, aunque obviamente jugaré donde me pongan. No sé si son amigos del míster o éste pone a quien quiere», señalaba.

El central uruguayo, quien aseguró que se estaba «mordiendo la lengua», prosiguió hablando de su futuro en la misma línea. «Depende de lo que suceda aquí en lo que resta de Liga, así que espero jugar muchos partidos de central porque es lo que me gusta. No sé si se trata de una manita o ciertos favores que hacen a alguna gente».

Ayer le tocó a otro ex mallorquinista, el defensa Fernando Navarro, apagar el fuego que se había iniciado en la caseta del Pizjuán. «Hemos hablado, las cosas han quedado claras y el vestuario ha zanjado el tema. Es un tema pasado. Él ha hablado, el grupo lo ha escuchado y no hay más que hablar. Sólo queda juntarnos todos para conseguir los objetivos, que son difíciles, pero aún queda tiempo», comentó el lateral izquierdo catalán.

El Sevilla se mide este fin de semana al Racing en Santander y ayer se ejercitó con aparente normalidad en un entrenamiento que estuvo precedido por una hora de 'terapia de grupo' en el interior del vestuario.