El francés Jo-Wilfried Tsonga apenas sufrió para deshacerse de un perdido Nicolás Almagro (n.10), en una primera jornada del Masters 1000 de Madrid que trajo la sorpresa del triunfo de Guillermo García-López sobre Stanislas Wawrinka (n.14) y que espera el estreno sobre sus pistas de los grandes favoritos Rafael Nadal (ESP, 1), Novak Djokovic (SRB, 2) y Roger Federer (SUI, 3).
De momento, de los «tres grandes», quienes se llevan todos los favores del público, el único que apareció fue Nadal, pero lo hizo para entrenarse y en la sala de prensa.
El número 1 mundial no habló mal de la pista, pese a reconocer los problemas de asentamiento de su fondo que toda pista de tierra batida montada «contra reloj» plantea, dijo que la altitud de Madrid existe pero «no es un problema» y que el gran momento de Djokovic (invicto este año) no le sorprende ya que siempre ha sido un «jugador espectacular».
Nadal también dijo no tener «in mente» a rival alguno, que todos son «difíciles» en un torneo como Madrid que cuenta con los mejores 48 del mundo, que no siente una mayor presión por aquello de jugar en casa y existir una especie de «Nadalmanía», y que su reto es «jugar bien y superar las dificultades».
En lo que respecta a lo jugado en sí, la jornada de este domingo sólo ha contado con cuatro partidos del torneo masculino. Eso sí, ha traído ya una sorpresa: la victoria del español Guillermo García-López sobre el suizo Stanislav Wawrinka, decimocuarto favorito.
García-López (n.26 ATP) se impuso a Wawrinka, por 6-4, 5-7 y 6-4, tras dos horas y cuarenta y cinco minutos, logrando su segundo triunfo sobre el suizo, con el que ya iguala en el particular.
Fue un partido intenso, duro, que García-López ya pudo haber decidido en su favor tras imponerse en la primera manga y colocarse en la segunda con un favorable 4-2. Pero reaccionó a tiempo el suizo y logró igualar el partido al hacerse con la segunda manga.
En el definitivo tercer set, se mantuvo la igualdad hasta el séptimo juego, cuando el albaceteño logró romper el saque del suizo y se puso con un favorable 4-3.
En el décimo juego, García-López tuvo que superar una bola de rotura de su saque, que de convertirla el suizo hubiera devuelto la igualdad. Lo superó el español y, en la que era su segunda bola del partido en el juego, se hizo con la contienda.
En segunda ronda, García-López se enfrentará al ganador del partido que debe enfrentar al también español Juan Carlos Ferrero con el holandés Thiemo De Bakker, procedente de la fase de clasificación.
El que no sufrió fue Tsonga contra Almagro. Un partido esperado con cierto interés, que se esperaba igualado, pero que fue casi un paseo para el francés.
Se trata de cuarta victoria de Tsonga sobre Almagro (aún no ha derrotado al francés) y, sin duda, la más abultada y cómoda. En las tres precedentes (todas en 2010), en Barcelona se precisaron de tres sets; en el Abierto de Australia de cinco; y la de Montecarlo fue por un apretado 7-6 (5) y 7-5.
Ninguna rotura del saque de Tsonga de parte del español (dispuso de dos; ambas en el primer set) y cuatro pérdidas del servicio propio (tres en la primera manga), dejan bien a las claras el paseo que se dio el francés ante un perdido Almagro.
Un Tsonga que en la primera manga, tras el 1-1, encadenó cinco juegos seguidos; y que, la segunda, ya la desniveló en su favor al hacerse con el saque de Almagro en el sexto juego (4-2). Demasiado fácil para el francés, muy poco para un Almagro que debutaba en un «top ten» del que puede salir con la temprana derrota de este domingo.
El colombiano Santiago Giraldo (n.54 ATP), al imponerse al ucraniano Alexandr Dolgopolov, por 6-1 y 7-5, también logró su pase al segundo turno.
Se hizo muy fácil con el primer set y, en el segundo, la igualdad se mantuvo hasta el décimo juego. Ahí Giraldo volvió a imponer sus golpes y hacer dos juegos consecutivos (una nueva rotura) que le dieron el set y el partido. En segunda ronda se medirá al sueco Robin Soderling, quinto favorito del torneo.
El argentino Juan Mónaco se impuso al kazako Andrev Golubev, en un duro partido, como evidencia que se fuera al tercer set: 2-6, 6-2 y 6-2.
Mónaco empezó mal, cediendo fácilmente el primer set. Pero, apoyado en la recuperación de sus primeros servicios y el descenso del acierto con el saque de su rival, supo remontar.
La decisión final del partido llegaría en el cuarto juego del tercer set, cuando Mónaco se hizo con el saque de Golubev (4-2). Luego no sólo conservó el propio sino que, además, cerró la contienda sobre el del rival.
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