Real Zaragoza: Leo Franco; Lanzaro, Jarosik, Da Silva, Obradovic; Gabi, Ponzio; Boutahar (Bertolo, min.61), Herrera, Lafita (Braulio, min.92); y Uche (Sinama-Pongolle, min.46).
Espanyol: Kameni; Galán, Amat, Raúl, Chica (Rui Fonté, min.70), Luis García, Verdú, López, Callejón (Isaías, min.61), Iván (Alvaro, min.61) y Osvaldo.
Gol: 1-0. Min.55, Ponzio
Àrbitro: González González (C. Castellano-Leonés). Amonestó con cartulina amarilla por el Real Zaragoza a Herrera y Gabi.
El argentino Leo Ponzio tuvo el momento de lucidez que su equipo necesitaba para encontrar el camino del gol ante el Espanyol para que su equipo llegue vivo y con opciones de lograr la permanencia en la última jornada ante el Levante.
El Zaragoza jugó con más corazón que calidad futbolística pero fue el único que desde el pitido inicial hasta el final salió a buscar una victoria que, aunque le deja en puesto de descenso con un triunfo ante los levantinos le permitirá seguir en Primera división.
El partido comenzó con mucha tensión para los maños que saltaron al terreno de juego con una velocidad más que su rival.
Los hombres de Javier Aguirre sacaban fuerzas de donde las había y donde no a base de mucho corazón que les conducía en algunos momentos a la precipitación.
Tiros lejanos, buscando la combinación, pases largos, cualquier forma era buena con tal de llegar con peligro hasta la portería de Kameni, pero en pocas ocasiones conseguían enviar el balón entre los tres palos.
El cerco a la portería españolista estaba puesto, pero el equipo de Mauricio Pochettino salía con peligro y a los diez minutos pusieron un nudo en la garganta de los locales cuando se escapaba en solitario Callejón y Ponzio lo frenó bordeando la falta y la tarjeta roja. Poco después Gabi enganchó un potente disparo que el portero camerunés se vio en apuros para despejarlo.
La ocasión más clara de la primera mitad para los visitantes llegó en un fallo de Jarosik que dejó con todo a su favor Callejón y un buen número de opciones para tomar. El españolista terminó disparando flojo y a las manos de Leo Franco que salía a la desesperada.
En los últimos instantes Kameni puso a prueba el corazón de sus seguidores atajando defectuosamente un disparo de Leo Ponzio que a punto estuvo de convertirse en un autogol.
El acoso y derribo a la fortaleza visitante continúo tras el descanso. Una duda de los defensas españolistas en ir a por un balón unos metros por delante del área de Kameni la leyó a la perfección Leo Ponzio que robó y encontró un enorme pasillo para progresar y cuando llegó a su distancia, unos veinte metros engatilló un potente disparo ante el que el camerunés no pudo hacer nada.
Al contrario de lo que le había sucedido en anteriores encuentros en los que se había ido encogiendo, los zaragocistas no perdieron la cara a su rival y siguieron atacando.
A falta de diez minutos, un balón colgado sobre el área maña lo remató Alvaro picándolo sobre el área pequeña que sorprendió al cancerbero argentino que lo desvió como pudo y le llegó a Rui Fonté que remató con todo a su favor se encontró una maraña de jugadores por la que el balón, por dos veces, no halló la manera de superar la línea de gol en una acción en la que también intervino sin fortuna Osvaldo.
Hasta el final tensión y nervios, pero el Zaragoza logró su objetivo.
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