Los dos jugadores sabían de la importancia de ganar el primer set en una final a tres mangas y por eso los nervios se apoderaron de ambos al principio del choque. Almagro comenzó perdiendo su servicio (0-2), algo que no aprovechó Hanescu para escaparse en el marcador, ya que cedía su saque en el cuarto y el sexto juego del set y el murciano le daba la vuelta al partido (4-2).
Con ventaja en el set, volvieron los nervios sobre el servicio de Almagro y Hanescu igualaba a cuatro juegos. Ninguno de los dos jugadores se mostraba solvente con su servicio y se lo rompían constantemente.
Hanescu conseguía de nuevo romper el saque de Almagro en el undécimo juego (5-6) y sacaba para cerrar el set, pero el murciano tiraba de casta para mandar la manga al 'tie-break'. La igualdad se hacía patente también en la muerte súbita y un pequeño fallo desequilibraba el set a favor de Hanescu.
A Almagro no le quedaba más remedio que mejorar su servicio si quería llevarse la final y en el segundo set afinó un poco más su saque. Sin embargo, no alcanzó la solidez con la que había sacado durante toda la semana, aunque le valió para no perder su saque en todo el segundo set. El murciano aprovechó el sexto juego de la manga para colocarse 4-2 y empezó a desplegar su mejor juego, hasta adjudicarse la segunda manga con un nuevo break (6-3).
En el definitivo set, Hanescu empezó más fuerte y consiguió hacerse con un 'break', pero lo desaprovechó y Almagro lo recuperó en el juego siguiente. El rumano parecía cansado y el murciano fue capaz de hacerse con el control del partido. En el sexto juego de la manga, Almagro conseguía romper el servicio de Hanescu (4-2), momento en el que se rindió y acabó cediendo la manga por 6-3.
Con este título, Nicolás Almagro suma el décimo entorchado de su carrera y el tercero de la temporada, después de haberse impuesto en los torneos de Buenos Aires y Costa do Sauipe, todos ellos sobre tierra batida.
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