El ex presidente del FC Barcelona Joan Laporta, junto a su abogado Xavier Arbos (i). | Efe

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El expresidente del Fútbol Club Barcelona, Joan Laporta, anunció que ha decidido «interponer acciones penales y civiles» contra la actual junta directiva del club catalán y el Grupo Godó, al considerarlos «los autores materiales de continuas y sistemáticas injurias, calumnias y difamaciones» contra su persona.
Laporta cree que La Vanguardia y otros medios de comunicación del grupo se han dedicado «publicar de formar reiterada diversas informaciones sacadas de contexto, medias mentiras, atentados al honor y a la intimidad» que le han causado «importantes daños morales».
El expresidente del Barça entiende que todo ello responde a «una estrategia de manual» por parte de la junta que preside Sandro Rosell para desprestigiarle utilizando como altavoz los que Laporta considera como medios afines a la actual directiva barcelonista. «Han intentado crear sospechas, construir una mentira en su propio interés para poner a la gente claramente en contra de todo lo que hicimos durante nuestra gestión. Por eso ellos también serán objeto de las acciones penales y civiles que pienso interponer», comentó sobre los directivos que ahora dirigen el club.
Debate
Para el parlamentario catalán «la paz del barcelonismo no va por ahí» e invitó de nuevo a Rosell a «mantener un debate público en el medio de comunicación que él quiera, con el moderador que él quiera», para explicar sus siete años de gestión al frente del club «y debatir y contrastar todos estas mentiras que han estado construyendo para justificar una serie de decisiones». Laporta hizo estas declaraciones a la salida de la Ciudad de la Justicia, donde ayer compareció en calidad de demandado en un nuevo juicio. En esta ocasión, el agente de jugadores Bayram Tutumlu le reclama el diez por ciento de los negocios que hizo, tanto a través de su despacho de abogados como en su condición de presidente del Barcelona con un magnate uzbeko.
El ahora parlamentario catalán calificó el juicio de «circo mediático montado por un oportunista», mientras que Tutumlu ha acusado a Laporta de «desviar dinero que debía haber ido a parar al Barça» y de haberse convertido en «una máquina de fabricar mentiras».
Laporta reconoció haber cobrado 10,15 millones de euros a través de su despacho de abogados por asesorar al magnate uzbeko Miradil Djalalov mientras era el máximo mandatario azulgrana. Laporta declaró, ante el juzgado de primera instancia número 10, haber facturado a través de Laporta & Arbós Advocats Associats dicha cantidad a Zeromax, empresa propiedad de Djalalov, «por la prestación de servicios de consultoría empresarial durante tres años».
En este frente, el agente de jugadores de origen turco Bayran Tutumlu le reclama el 10 por ciento del dinero que los negocios con el empresario uzbeko le reportaron tanto a él como al FC Barcelona. Tutumlu asegura que fue él quién organizó y pagó (cerca de 1.200 euros) la cena del Via Veneto en la que Laporta y Djalalov se conocieron en mayo de 2008, y que el expresidente del club catalán le prometió un comisión por los negocios que hicieran juntos.
Sin embargo, Joan Laporta lo negó todo ante la jueza: «Este individuo, el señor Tutumlu, es un oportunista de esos que hay en el mundo del fútbol para ver qué pillan. Se dedicaba a enredar a todo el mundo. Solo me reuní con él dos veces, por cortesía y ante su insistencia, y no le prometí absolutamente nada», aseveró el hoy parlamentario catalán, que se sentó en el banquillo de los juzgados de Barcelona.