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La selección española de fútbol sala para ciegos se colgó este sábado la medalla de bronce en el torneo de los Juegos Paralímpicos de Londres tras derrotar en las tanda de penaltis en la pelea por el tercer puesto a Argentina, tomándose la revancha de hace cuatro años, después de que el encuentro terminase con un empate sin goles.

En Pekín, el combinado nacional perdió en la lotería de los penaltis ante los argentinos, pero en esta ocasión, pese a quizás ser inferiores durante el partido y no tener las mejores ocasiones, aguantaron hasta la tanda definitiva donde Antonio Martín marcó el primero y luego Alvaro detuvo dos para dar el bronce, bajo la mirada de SAR la Infanta Doña Elena, una aficionada más desde la grada.

De todos modos, el partido no comenzó bien para los intereses de los de Pablo Salazar. Argentina salió muy fuerte y asedió la portería de un Alvaro, que respondió como en casi todo el torneo, impidiendo que la albiceleste tomase una renta temprana de inicio.

Tras una serie de ocasiones para los de Martín Demonte, el actual subcampeón de Europa comenzó a sacudirse el dominio y pasó a controlar un poco más el encuentro, siendo la mejor ocasión para Marcelo, que no acertó a disparar solo ante la portería argentina después de una buena jugada de estrategia de falta.

España echaba de menos la aportación de su estrella, Antonio Martín Gaitán, pero lo compensaba con una mayor presencia de otros jugadores como El Haddaoui. Argentina volvió a apretar al final, pero el marcador no cambió al término del primer acto.

La segunda parte volvió a comenzar como la primera, con los actuales bronce paralímpicos algo más entonados, y los de Pablo Salazar sin poder encontrar la forma de inquietar a Guido Consoni, salvo un lanzamiento tras una falta de 'Niño'.

La peor noticia era que a falta de menos de diez minutos, el combinado nacional se colocaba con tres faltas y Argentina gozó rápidamente de dos penaltis sin barrera, que Silvio Velo no aprovechó, enviando una fuera y obligando en otro a Alvaro a realizar una gran parada. El capitán argentino, después de una buena llegada de El Haddaoui, enviaba un disparo al palo y rozaba el tanto..

La tensión iba 'in crescendo', pero ninguno de los dos equipos fue capaz de hacer un gol, por tercer partido consecutivo ambos, por lo que tuvo que ser, como hace cuatro años en Pekín, los penaltis los que decidieran el ganador del bronce, suerte que sonrió en esta ocasión a España, que se colgó su segundo bronce tras el de Atenas.