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El español David Ferrer cayó hoy en la Copa de Maestros que se disputa en Londres ante el suizo Roger Federer (6-4 y 7-6(5), en una hora y 48 minutos), a quien no ha logrado superar nunca y que selló su clasificación para las semifinales del torneo.

El español, cuarto cabeza de serie en el pabellón O2 Arena ante la ausencia por lesión de su compatriota Rafa Nadal, plantó cara al número dos del mundo y dispuso de hasta diez bolas de ruptura a lo largo del duelo, pero acabó sucumbiendo al vasto abanico de recursos técnicos del helvético y se jugará el pase a la siguiente ronda ante el serbio Janko Tipsarevic.

Tras ganar el pasado fin de semana en París-Bercy su primer Másters 1.000, el alicantino llegaba al encuentro ante Federer con más impulso que nunca para intentar saltar el abismo que separara del resto de tenistas a los cuatro primeros de la ATP (Djokovic, Federer, Murray y Nadal), que han dominado el circuito en los últimos tiempos.

El suizo, sin embargo, volvió a presentarse ante Ferrer como el rival inaccesible que le ha batido en las catorce ocasiones en las que se han enfrentado desde su primer duelo, en 2003: en este tiempo, el helvético le ha ganado al español 29 sets y ha cedido tan solo tres.

El reto de Ferrer, que el martes ganó al argentino Juan Martín Del Potro, era complejo, pues se enfrentaba al tenista que más veces ha conquistado la Copa de Maestros (seis) y que más encuentros se ha llevado en el torneo (tras el de hoy 41, dos más que el checo Ivan Lenld).

Con todo, el español, que a sus 30 años está hecho a remar a contracorriente y llegaba con la confianza al máximo al término de la mejor temporada de su carrera, saltó a la pista dispuesto a rebelarse contra la estadística y puso contra las cuerdas al suizo, de 31, con un 0-40 al resto en el primer juego.

Para desgracia del alicantino, la muñeca de Federer no se había enfriado desde el pasado martes, cuando exhibió su más refinado tenis ante Tipsarevic, que no le aguantó el ritmo más de una hora.

El quinto tenista del mundo sí ofrecía resistencia esta tarde, hasta el punto de que disfrutó de tres oportunidades ruptura en el tercer juego: dos de ellas las desactivó Federer, obcecado con levantar el próximo lunes su séptima Copa de Maestros, y la otra el juez de silla, que dio fuera una bola que el ojo del halcón situó luego en la línea.

Hacía once años que el torneo que reúne a los ocho mejores tenistas del momento no veía un duelo entre jugadores de más de treinta años, desde que se cruzaron en Sydney el estadounidense Andre Agassi (31) y el croata Goran Ivanisevic (30), en 2001.

Las rutinas modernas de entrenamiento y las nuevas técnicas de nutrición permiten a algunos tenistas ofrecer su mejor juego pasados los treinta, y el duelo de hoy en Londres lo dejó patente.

Ferrer y Federer no solo derrocharon potencia sobre el firme azul del O2 Arena, sino que hacían de cada golpe una cuestión estratégica para dejar la bola en el punto más irritante para el rival.

El español, con camiseta verde eléctrico y apoyado por algunos amigos desde la grada, como el futbolista del Chelsea Juan Mata, supo romper el servicio de Federer en una ocasión en el primer parcial, pero acabó superado por el tenis virtuoso del helvético.

En el segundo, un desafío equilibrado de tres cuartos de hora, el de Jávea llegó a plantarse en un desempate que comenzó con buen pie, pero en el que Federer afinó su saque cuando más lo necesitaba para cerrar su segunda victoria en la Copa de Maestros.