Esta será la cuarta vez que los dos combinados se citan en el último partido del campeonato intercontinental, cuyos tres enfrentamientos previos han dado todos los resultados posibles: una victoria para Brasil (1996), otra para España (2000) y un empate (2008) que el cuadro brasileño resolvió a su favor en la tanda de penaltis.
España, dirigida por José Venancio López, buscará este domingo bordar en su camiseta la tercera estrella de Campeón del Mundo, tras hacer historia al clasificarse para cinco finales de manera consecutiva.
La selección española, cuya trayectoria en el torneo ha ido «de menos a más», como vaticinó su entrenador, tuvo que conformarse con el empate en el debut frente a Irán antes de encadenar cinco victorias consecutivas, la última de ellas ante Italia (4-1) en semifinales, para sellar su pase para la final.
Brasil, por su parte, intentará defender el cetro logrado hace cuatro años en Río de Janeiro e igualar a la sección de fútbol 11 con la consecución del pentacampeonato.
La selección dirigida por Marcos Sorato ha ganado los seis partidos disputados en la cita, aunque tuvo que sufrir en cuartos para remontar dos goles en contra frente a Argentina (3-2) y debió superar en semifinales la férrea defensa de Colombia (3-1).
El preparador de la «canarinha» evitó presionar a sus jugadores de cara a una final «muy igualada» y cedió el papel de favorito a España, «el equipo más completo del campeonato», según Sorato.
El jugador brasileño Gabriel, que logró dos de los tres goles de su equipo en la semifinal, calificó el partido ante España de «clásico» e indicó que los pequeños detalles tendrán una importancia «decisiva» en el devenir del duelo.
El pasado 11 de noviembre se cumplió el séptimo aniversario de la última derrota que conoce el combinado español de fútbol sala, que suma 119 partidos sin perder, y que se dio precisamente frente a Brasil, en un partido disputado en Brasilia en 2005, donde la canarinha se impuso por 2-1 al conjunto dirigido por Javier Lozano.
El partido del domingo supondrá la reedición de la final del Mundial del 2008, celebrado en Brasil, donde españoles y brasileños decidieron desde el punto de penalti el título mundial, que finalmente sumó Brasil, tras terminar 2-2 el tiempo reglamentario y la prórroga.
La final que se disputará en Bangkok «significa una revancha del Mundial pasado, la posibilidad de quitarse esa espina», declaró Juanjo Angosto, portero titular de España.
«Hemos venido (a Tailandia) con la intención no solo de estar hasta el último partido, sino de intentar ser campeones del mundo», sentenció el seleccionador español.
Ambos seleccionadores podrán contar con todos sus efectivos para un partido que supondrá la despedida en los mundiales de jugadores como el capitán español, Kike, o la estrella brasileña, Falcao.
España y Brasil se medirán por conocer quién se proclama campeón del Mundial mañana a las 19.30 hora local (12.30 GMT) en el estadio cubierto Huamark de Bangkok.
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