n Recibidos como héroes. Los atletas David Sánchez y Miquel Capó, con su hijo en brazos, fueron recibidos ayer como auténticos héroes por amigos y familiares que acudieron a la terminal de llegadas del aeropuerto de Palma para felicitar a los maratonianos. En sus rostros se refleja el cansancio, pero también la satisfacción de finalizar su gran aventura . | Michel's

TW
5

«El segundo día llegué a orinar sangre, tuve diarrea...parecíamos personajes de la serie Walking Dead...parecíamos zombies». Así relataba Miquel Capó, el atleta mallorquín que junto a David Sánchez, han completado el Marathon des Sables, la prueba de resistencia más dura del mundo donde los atletas recorren por las dunas del desierto del Sahara un total de 240 kilómetros repartidos en seis etapas, siendo la más larga y dura la de 75 kilómetros. Desde el primer día hasta el último deben llevar todo el material en una mochila que no debe superar los 15 kilos, incluida el agua y cada día, al término de la etapa la organización pesa la bolsa para descartar que han recibido ayuda externa y incluidos productos 'extra'. «Esto ha sido lo más estresante, incluso más que la propia carrera. El control tan extricto te creaba una tensión añadida a la que ya llevabas encima», relataba Capó. El atleta de sa Pobla finalizó tercero, todo un éxito, con un tiempo de 20 horas y 19 minutos. David Sánchez entró el 126 después de correr durante 31 horas y 32 minutos. «Hacía mucho calor, más de 50 grados y por la noche mucho frío y la variación de temperatura era difícil de asimilar. Al final no aparecieron las temidas ampollas y pude finalizar. Iba mentalizado y pese a que en más de una ocasión me pregunté qué hacía yo aquí, la verdad es que al final pude terminar y estoy muy contento», relataba el atleta. David y Miquel llegaron ayer noche a Palma tras finalizar una de las aventuras más duras de su vida.

Capó, que por el hecho de ser tercero ya tiene una invitación para participar en la próxima Marathon del Sáhara, no tiene por ahora claro si repetirá o no la experiencia. «Ahora en lo que pienso es en descansar y en recuperarme de todo lo que he venido sufriendo. Al final, sufrimos todos, bien porque compites por el podio o porque quieres terminar el marathon. En un caso tratas de meter ritmo para no quedar descolgado y sufres y si vas a un ritmo inferior, el sol y el calor te atrapan y también lo pasas mal», relataba Miquel Capo.

El ultrafondista de sa Pobla tiene claro a quien dedica este triunfo. «A mi mujer Cati y a mi hijo que tiene ahora dos meses, a Dani Salas, mi entrenador, que me ha apoyado en todo momento, a Joan Reynoso, que sufrió la desgracia de que un relámpago le cayese y le envió mucho ánimo y a toda la gente que de una manera u otra han ido animándome y apoyándome siempre», manifestaba Capó. Durante la semana ambos atletas apenas tenían noticia de cómo se seguía su gesta en la Isla ya que prácticamente estaban incomunicados. Sin embargo, a través de las redes sociales y de las crónicas de Dani Salas, sus hazañas eran conocidas y a su vez admiradas. Ayer fueron recibidos por familiares y amigos y tuvieron la enorme satisfacción de comprobar cómo sus nombres han pasado a la historia de la maratón más dura del mundo, la maratón del desierto.