Trentin, un joven de 23 años que fichó por el Omega en 2011 para hacer de lanzador de Mark Cavendish, fue el más rápido en el grupo de fuga y se apuntó en el palmarés la primera victoria grande ante el suizo Michael Albasini (BMC) y el estadounidense Andrew Talansky (Garmin).
Perdió la ocasión de su vida el español José Joaquín Rojas (Movistar), el más rápido de los 18 corredores en fuga, pero el murciano se fundió en las maniobras de aproximación y levantó el pie antes de tiempo. Otro español, Egoitz García (Cofidis), entró quinto.
El pelotón con los favoritos terminó la jornada laboral a 7.17 minutos. Esta vez si se pudo emplear el término «transición», la víspera del Ventoux y de la segunda jornada de reposo. Esta vez sin sobresaltos en los 191 kilómetros de la decimocuarta etapa que separaban Saint Pourçain Sur Sioule de Lyon, la capital del Ródano y primera meta de la historia del Tour.
Froome llegará al «Gigante de Provenza» con una ventaja de 2.28 minutos a Bauke Mollema (Belkin) y de 2.45 respecto a Alberto Contador. Los gallos de la general y los equipos de los esprinters rodaron rápido hasta que cuajó una escapada de 18 hombres; luego se dedicaron a guardar energías.
Después de la tempestad llegó la calma. Un día es un día. Con un recorrido jalonado por 7 pequeñas cotas de cuarta, casi todas al final, se formó pronto una escapada numerosa, que incluía a los españoles Rojas, Erviti y Egoitz García, a ganadores de etapa en el Tour como Voigt, Millar, Baukelants y Burhardt, también a Talansky, al campeón francés Vichot y al joven Matteo Trentin.
Peligro para los favoritos, ninguno; ganas de echar abajo la fuga por parte de los equipos de los favoritos, nulas, así que enseguida se vio que la etapa se las iban a jugar los aventureros, con más de 5 minutos a un maratón de meta, o sea, 42 kilómetros.
El grupo se integró en el proyecto hasta que empezaron a aflorar los diversos intereses. Rojas quería esprín, pero se dejo las fuerzas para responder a los saltos que se sucedían al final. Trató de irse Millar, a su estilo, desde lejos; y el francés Simon atacó en la Cota de la Croix-Rousse, última dificultad del día, a 15 de meta.
Simon abrió hueco, pero no pudo adelantar la fiesta nacional francesa porque por detrás hubo reacción. En la inmensa recta de llegada de Lyon se lanzó primero Burghadt y enseguida le cogieron la rueda Talansky y Albasini.
Entonces apareció la pujante juventud de Trentin para levantar los brazos con un tiempo de 4h.15.11, a una media de 44,9 kms/hora. El Tour se preguntaba: ¿Dónde están los italiano?. Pues ya hay respuesta. En el Omega está Trentin, un corredor fichado como operario de Cavendish, que disputó el Giro de Italia y superó un difícil comienzo de temporada tras sufrir una fractura de escafoides.
«A descansar y al Ventoux», decía Contador en la meta, mientras Alejandro Valverde y el Movistar masticaban venganza. Llega una de las citas claves del Tour del centenario. La montaña pelada será un horno, con una previsión superior a los 33 grados de temperatura.
El nuevo Tour que salió de los abanicos de Saint Amand Montrond espera a los primeros actores. Hasta pie del Ventoux 220 kilómetros, hasta la meta otros 20 en ascenso a un 7,5 por ciento de desnivel. Terreno hay. Fuerzas, lo veremos en aquel escenario lunar, mágico, aún con el recuerdo de la muerte en sus rampas del inglés Tom Simpson en 1967.
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