El austríaco Michael Hayboeck, durante la prueba de salto de esquí. | Reuters

TW
0

Pocas veces la banda sonora de unos Juegos Olímpicos de invierno sonó tan variada como este domingo en Sochi, donde se pudo escuchar hasta ocho himnos nacionales diferentes en homenaje a los ganadores de las ocho medallas de oro puestas en juega esta jornada en la localidad rusa.

Algunas tan predecibles como la del alemán Felix Loch, que se alzó con el oro en la prueba de luge individual, y otras tras sorprendentes como la victoria del austríaco Matthias Mayer en el descenso masculino.

Mayer, que hasta hoy tenía como mejores resultados en esta prueba dos segundos puestos en la Copa del Mundo, logró a sus 23 años el triunfo de su vida, al alzarse con un oro que parecía predestinado a estrellas de la talla del estadounidense Bode Miller o el noruego Aksel Lund Svindal.

Pero hoy ni Miller, quíntuple medallista olímpico, que concluyó en una gris octava plaza, ni Svindal, que finalizó en la siempre amarga cuarta plaza, pudieron doblegar al joven Matthias Mayer, que dio al potente equipo austríaco su primera medalla de oro en Sochi.

Junto con Mayer completaron el podio del siempre sorprendente descenso el italiano Christof Innerhofer, que por seis centésimas tuvo que conformarse con la medalla de plata, y el noruego Kjetil Jansrud, que se colgó el bronce.

Menos sorprendente fue el triunfo de la patinadora holandesa Irene Wust, que se alzó con el oro en la prueba de 3.000 metros por delante de la campeona hace cuatro años en Vancouver, la checa Martina Sablikova, plata, y la rusa Olga Graf, que logró el bronce.

Este triunfo confirma que el patinaje de velocidad en Sochi es hasta el momento un coto exclusivo de los holandeses, que suma cuatro de las seis medallas puestas en juego en la ciudad rusa, tras el triplete «naranja» del sábado en la prueba de 5.000 metros masculina.

Estados Unidos domina el «slopestyle», la más salvaje y espectacular modalidad del «snowboard», en la que hasta el momento tan sólo ha sonado el «Barras y Estrellas», tras el triunfo de hoy en la prueba femenina de Jamie Anderson.

La «rider» norteamericana, que ya se había impuesto en esta especialidad en los «X Games» de los años 2012 y 2013, superó hoy en el parque extremo de Rosa Khutor a la finlandesa Enni Rukajarvi, plata, y a la británica Jenny Jones bronce.

El polaco Kamil Stoch logró lo que el legendario Adam Malysz, doble medallista en Vancouver 2010, no logró, situar a Polonia cuarenta y dos años después del triunfo de Wojciech Fortuna en Sapporo 1972 en lo más alto del podio, tras imponerse hoy en la prueba de salto de trampolín de 90 metros.

Stoch, actual líder de la Copa del Mundo, se impuso tras volar 105,5 metros en su primer salto y 103,5 en el segundo, al joven esloveno Peter Prevc, plata, y al noruego Anders Bardal, que logró la medalla de bronce.

Se quedaron muy lejos de los metales el suizo Simon Amman, ganador de cuatro oros olímpicos, que no pudo pasar de una discreta decimoséptima plaza, y los austríacos Thomas Morgenstern, oro en Turín 2006, decimocuarto, y Gregor Schlierenzauer, el hombre récord de la Copa del Mundo, que concluyó en la undécima posición.

Quien sí cumplió con los pronósticos fue la biatleta eslovaca Anastasiya Kuzmina, que revalidó el oro conquistado hace cuatro años en Vancouver, al imponerse hoy en la prueba de 7,5 kilómetros esprint a la rusa Olga Vilukhina, plata, y la ucraniana Vita Semerenko, bronce.

El suizo Dario Cologna, que no partía entre el grupo de favoritos tras verse lastrado toda la temporada por una lesión de tobillo, se alzó con el oro en la esquiatlón de 15 kilómetros estilo clásico y 15 kilómetros estilo libre.

Las lesiones también habían puesto en duda el concurso en Sochi del veterano patinador Evgeni Plushenko, campeón olímpico en Turín 2006, que allanó con su triunfo en la prueba individual masculina la victoria de Rusia en la prueba por equipos de patinaje artístico, que se estrenaba en el programa olímpico en esta edición.

Esta novedad contrasta con la tradición de la prueba de luge individual, en la que el alemán Felix Loch, que revalidó el oro conquistado en 2010 en Vancouver, tuvo que compartir protagonismo con el veterano italiano Armin Zoeggeler.

El transalpino, que logró a sus 40 años la medalla de bronce, se hizo un hueco en la historia olímpica al convertirse en el primer piloto en encadenar seis medallas en seis Juegos Olímpicos de invierno consecutivos.

Zoeggeler culminó hoy en Sochi la aventura que inició hace doce años en Lillehammer 1994, donde el italiano se colgó un bronce, al que seguirían una plata en Nagano 1998, dos oros, en Salt Lake City 2002 y Turín 2006, y un nuevo bronce hace cuatro años en Vancouver al que añadir el logrado hoy en Sochi.