Celta de Vigo: Yoel Rodríguez; Hugo Mallo, David Costas, Fontás, Jonny; Oubiña (Rafinha, min.46), Krohn-Dehli, Augusto Fernández (Santi Mina, min.77); Orellana (Madinda, min.63), Nolito y Charles.
Málaga: Caballero; Angeleri, Sergio Sánchez, Flavio, Eliseu; Darder (Welligton, min.78), Camacho; Amrabat, Samuel (Juanmi, min.63), Duda; Santa Cruz.
Goles: 0-1, m.24: Camacho. 0-2, m.32: Camacho.
Árbitro: Gil Manzano (colegio extremeño). Expulsó con tarjeta roja directa al visitante Duda en el minuto 65. Además, mostró tarjeta amarilla a Krohn-Dehli por parte del Celta de Vigo, y a Angeleri, Duda , Camacho, Sergio Sánchez, Darder por parte del Málaga.
El Málaga dio un paso de gigante en sus aspiraciones de lograr la permanencia al derrotar al Celta de Vigo por 0-2 en un partido que decidió el centrocampista Ignacio Camacho con dos goles en el primer tiempo.
El equipo andaluz llegó a Balaídos con ánimo de revancha por el 0-5 que el Celta le endosó en la primera vuelta en La Rosaleda. Había avisado Luis Enrique que éste Málaga no era el mismo que el de entonces y no le faltó razón al asturiano, pues su equipo se vio superado por el del alemán Bernd Schuster.
Con una fuerte presión en la zona de creación, el conjunto andaluz destrozó a un Celta que fue víctima de dos errores monumentales a la hora de defender la estrategia, fallos que aprovechó Camacho para darle oxígeno a su equipo en la pelea por el descenso.
El arranque del partido fue vibrante, con 20 minutos intensos, de una incansable pelea por tener el control del balón y con ocasiones para ambos equipos, dos para el Celta en las botas del danés Krohn-Dehli y otras dos para los visitantes, la primera de Dardet y la segunda de Samuel.
Sobrepasado el ecuador del primer acto, Camacho explotó el primer despiste de la defensa celeste, al aprovecharse de un balón muerto que dejó el portero Yoel, quien se había lucido ante Santa Cruz.
Un tanto que hizo daño al Celta, incapaz de desplegar su fútbol combinativo para responder a su rival. Sufrían los locales para crear juego y un nuevo error en la marca, ésta vez de Borja Oubiña, acabó por matar al equipo gallego antes del descanso.
Luis Enrique movió ficha en el descanso con la entrada de Rafinha. Su equipo tuvo un prometedor inicio, con disparos de Nolito y un par de centros desde la banda derecha de Jonny y Augusto Fernández, pero una y otra vez se estrellaba contra un Málaga muy bien plantado y que apenas sufría.
La rigurosa expulsión de Duda, por una fea entrada sobre Rafinha, hizo soñar a la afición celeste, pero en esos veinte minutos el Celta sólo creó peligro con un disparo lejano de Madinda que desvió un seguro Caballero.
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