Lejos queda el 11 de agosto de 2012. Aquel día, Sete Benavides se quedaba a un paso de completar una brillante progresión con una medalla olímpica en Londres. En la pista de Eton Dorney, el piragüista del Real Club Náutico del Port de Pollença se tenía que conformar con la dolorosa cuarta plaza en la final de C-1 200 metros. La que más escuece. Desde ese día, trabaja junto a Kiko Martín para que no se repita la historia y volver así de Río de Janeiro con un metal al cuello.
Ese bronce que se le escapó a Sete en el último suspiro se lo colgó un ruso. Ivan Shtyl, con una de las hojas de servicios más brillantes del panorama internacional, dejaba sin gloria a Benavides. Pero eso no pasó factura a la relación entre dos de los mejores especialistas sobre una canoa de todo el planeta.
Con el Mundial de Milán marcado en rojo, Benavides ha tenido estas semanas a un compañero de lujo en sus entrenamientos en el Lago Esperanza de Alcúdia.
Ivan Shtyl y Sete han dejado atrás aquella final de Londres 2012 y ambos han compartido experiencias y sesiones sobre sus canoas preparando una temporada clave para ambos.
Shtyl, multicampeón mundial y continental, además de medallista olímpico, ha liderado la representación de la selección rusa que se ha concentrado en Mallorca. Junto a uno de los grandes oponentes de Benavides han estado Anastasiya Panchenko y Yulia Kachalova, además del entrenador Dmitry Adaev.
Es la avanzadilla de futuras expediciones del equipo ruso que han cambiado Banyoles por Mallorca, en especial Shtyl aprovechando la presencia de un grupo de trabajo liderado por Benavides que le permite preparar con mayores garantías el curso.
La revancha olímpica de Londres ha cobrado forma en una rivalidad amistosa y un intercambio de experiencias y entrenamientos que enorme calidad para Sete Benavides.
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