Cristiano Ronaldo, en el suelo, se lamenta de una ocasión fallada. | Efe

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Madrid 0 - 0 Málaga

Real Madrid: Keylor Navas, Carvajal, Varane, Nacho, Marcelo, Kroos, Modric, Jesé (Kovacic, m.60), Isco, Cristiano Ronaldo y Benzema.

Málaga: Kameni, Rosales, Angeleri, Weligton, Miguel Torres, Recio, Tissone, Fornals (Horta, m.80), Juancar; Amrabat y Tighadoiuni (Juanpi, m.70).

Árbitro: José Luis González González (Comité Castellano-Leonés). Amonestó a Varane (47), Nacho (52) y Cristiano (94) por el Real Madrid; y a Torres (27), Recio (66), Kameni (84) y Juanpi (87) por el Málaga. Expulsó a Amrabat con roja directa a los 77 minutos por un codazo a Marcelo.

El partido de la vida del portero camerunés Carlos Kameni premió a un Málaga heroico, cuya única asignatura pendiente sigue siendo el gol, y frenó al Real Madrid, que cede el liderato tras un ejercicio de impotencia, reflejada en Cristiano Ronaldo y su continua búsqueda del gol con catorce remates sin acierto (0-0).

Estrenaba y perdía el liderato el Real Madrid con una tarde gris en el Santiago Bernabéu ante un Málaga que sobre el campo no mostró imagen de colista. Desde septiembre de 2013 no se quedaba sin marcar de local y lo firmó el día menos esperado, en el que ni el vendaval de ocasiones del segundo acto le sirvió para cambiar el rumbo.

Fue un duelo sin un ritmo continuo, con ocasiones que respondían a acelerones, en el que Jesé Rodríguez recibía la esperada oportunidad y se lesionaba ante un rival en el que regresaba Amrabat, tan anárquico como brillante en su libertad de movimientos, que cerró su participación con una inexcusable expulsión.

Entendió Rafa Benítez que el lugar por donde derribar al Málaga eran las bandas. Dio entrada a Jesé en el costado derecho, pasó a Cristiano a la punta y pidió a los laterales que lanzasen continuos centros. Sin fluidez en el juego entre líneas, con un Isco intermitente que debe ofrecer más, Cristiano no se cansó de rematar centros laterales. Los robos y contragolpes cobraron protagonismo más que la eficacia de la posesión en ambos equipos.

Nació y murió el choque con intercambio de ocasiones, más madridistas pero siempre amenazando el conjunto malagueño en sus acercamientos. Con Marcelo convertido en extremo, su finta y centro a Cristiano lo remató fuera el portugués en el primero de sus intentos. Respondía de inmediato Tighadoiuni, con un disparo que acababa en la parte alta de la red tras rechazar en Nacho. Era novedad el canterano madridista por las lesiones de Ramos y Pepe y fue exigido al máximo en el duelo con Amrabat.

No era el Santiago Bernabéu, donde aún nadie ha marcado esta temporada, ni el Real Madrid, equipo menos goleado con un solo tanto en contra, el día para exigir gol al Málaga. Mantiene la pólvora mojada pese a que buscó su premio. Recio y el joven debutante Fornals, que jugó a sus 18 años como un veterano en la medular, se molestaron para rematar un córner con despiste madridista.

Eran momentos de buen ritmo en los que Cristiano veía como el colegiado le anulaba un tanto por fuera de juego. La presencia ofensiva del Real Madrid era continua en momentos en los que Ronaldo cabeceaba arriba un centro de Marcelo e Isco chutaba dos veces seguidas sin encontrar la puerta rival.

Llegó el freno puesto por el Málaga para instalar el nerviosismo en el Bernabéu. Silbidos al juego blanco y Benítez sin parar de corregir aspectos tácticos. Tras una siesta, de nuevo llegó un acelerón de ocasiones con testarazos de Cristiano fuera, a centros de Carvajal y hasta con enfado con Jesé por la potencia del pase.

Marcó cinco tantos al Espanyol y en Liga ha repetido Cristiano imagen de frustración hasta marcharse enfadado de San Mamés pese al triunfo. Cuando encontró el arco rival se topó con Kameni, que comenzaba a lucirse a dos disparos abajo de Jesé, antes de estirarse para frenar el enésimo intento del portugués.

El Málaga tenía una referencia a la que acudir. Sin Charles ni Cop arriba, Amrabat se peleó con todos. Aguantó siempre la pelota, la protegió, encaró y en ocasiones conectó con algún compañero para generar peligro. A los 32 minutos Juancar chutó arriba con todo a su favor.

El final del primer acto fue un aviso de como sería el segundo. Isco rozó el gol pero no encontró puerta tras lanzarse a un centro de Marcelo y cambiar la dirección que esperaba el portero camerunés. Fallar estaba prohibido para el Real Madrid que saltó a por el partido ante un rival que se defendió como pudo y aguantó gracias a Kameni. Sus paradas convirtieron la tarde en agónica.

El recital lo inició tras el descanso, sacando a contra pie una mano salvadora al disparo raso potente de Cristiano. El partido se convirtió en un duelo entre porteros. No faltó la parada salvadora de Keylor Navas, que voló hasta su escuadra para responder la falta perfecta de Recio.

Despertó de su letargo Benzema para activar el ataque blanco. Podía superar un récord personal si marcaba por quinto encuentro consecutivo pero tampoco fue capaz. Aparecieron los espacios y los devoró. Dos remates seguidos en un minuto prolongaron lo que ya era un asedio a Kameni que respondía a todo. Cristiano perdía su mirada tras más intentos, uno clarísimo tras buena acción de Isco en la izquierda que la puso perfecta a la cabeza de Ronaldo que remató a la cabeza de Weligton con todo para marcar.

Defendieron como guerreros los jugadores del Málaga, sostenidos por Recio y sin renunciar nunca al ataque. Y Jesé se lesionó cuando acarició el gol. Era el minuto 59 cuando remató con mal gesto, y el balón picado saludó al larguero mientras su gemelo se lesionaba. Entraba Kovacic en el terreno de juego y el ritmo aumentó.

El Real Madrid ya no cesó de buscar el gol. Se convirtió en un auténtico asedio con un mismo final, los lamentos a las continuas ocasiones. Ningún jugador se explicaba la razón de no superar a Kameni y lo buscaron hasta el último segundo. Modric se topó con el portero camerunés, Cristiano cabeceó fuera y Benzema dejó acciones repletas de calidad con disparos que no fueron tan ajustados como para encontrar la red.

Cuando se esperaba el premio Amrabat mostraba que el mal podía ser mayor para los madridistas. Le quedó muerto un rechace, recortó y disparó fuera la ocasión más clara. A su buen partido le puso un borrón con una expulsión absurda, sacando un codazo en carrera con mala intención a la cara de Marcelo.

Pero ni con diez jugadores se descompuso el Málaga. Kameni pasó de hacer otro paradón a Benzema a un fallo garrafal. Se le escapó el balón al disparo más sencillo, de Isco, y Weligton evitó el gol sobre la línea. Con uno menos Juanpi, con un disparo lejano, y Horta tras un error de Nacho buscaron el gol. No llegó ni con el enésimo intento de Cristiano, en plancha a centro de Marcelo, cuando la grada ya cantaba gol. El Real Madrid perdió con impotencia el liderato y el Málaga encontró un trabajado premio que ayuda a rebajar su agonía.