Una multitud recibió a Mario Mola en el aeropuerto. | Miquel A.Borràs

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Mario Mola pudo comprobar de primera mano el enorme carisma que posee en su tierra y el valor que se le da a sus resultados a lo largo de una temporada en la que el triatleta mallorquín ha repetido subcampeonato en las Series Mundiales, con dos victorias parciales (Abu Dabi y Chicago), además de dejar casi apalabrada su clasificación para los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde el isleño es uno de los grandes candidatos a medalla, juntamente con el único deportista capaz de batirle durante los dos últimos ejercicios: Javier Gómez Noya.

Tras una ajetreada jornada en Madrid, en la que fue protagonista de la puesta en escena de las becas del Club Deportivo Sacyr y recibió la medalla de bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo, Mario se emocionó, se quedó sin palabras al ver cómo más de medio centenar de familiares, amigos, autoridades políticas y federativas le esperaban en Son Sant Joan para recibirle como el campeón que es.

«Qué más se puede pedir... que reconozcan tus méritos en tu casa es algo que tiene un gran valor, y esto no lo voy a olvidar. Se agradece que toda esta gente haya venido a recibirme, y por ellos vale la pena también seguir trabajando», explicaba el triatleta, que espera «poder darles una alegría en poco menos de un año», en referencia a Río 2016.