Miguel Indurain en la pelousse del velódromo Palma Arena. | Joan Torres

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Se considera un «enamorado» de Mallorca como destino ciclista y para desconectar, y la disputa de la final de los Six Days de pista, prueba de la que es embajador, le permitirá regresar a una isla que le trae grandes recuerdos. Miguel Indurain Larraya (Villava, Navarra, 1964) es una de las leyendas vivas del deporte español. Cinco Tours de Francia, dos Giros, un Mundial y un oro olímpico contrarreloj encabezan un palmarés único. El de un personaje que destila carisma y sencillez, y que ahora lanza una apuesta por el ciclismo en pista.

—Ahora ejerce de embajador de la Six Days Final, e incluso en sus inicios compitió en pista. ¿Cree que este evento puede ayudar a potenciar esta modalidad en España?

—La pista ha pasado por sus momentos buenos, con grandes resultados. Ahora, es verdad que no anda tan bien, y por eso este tipo de espectáculos. De joven, gané el Tour del Porvenir en 1986, y entonces se hacían los Seis Días de Madrid. No tenía mucha idea, pero me animé y me tocó de pareja Danny Clark, que era el número uno de la pista. Me enseñó cuatro trucos y me lancé. La verdad es que tengo buenos recuerdos, y al invitarme a colaborar con la Six Days Final, me recordó esos días en la pista, el montaje que había... Eso se ha perdido y parece que grandes ciudades, como Londres, Amsterdam o Copenhague, lo están recuperando y esperemos que en España podamos darle el empujón que merece la pista.

—¿Cómo convencería a un aficionado al deporte en general para que se acercara ese día al Palma Arena?

—La verdad es que es algo diferente. Una mezcla de deporte y espectáculo, una idea que no está extendida en España. Al principio puede ser difícil convencerles, pero creo que pudiendo ver a los mejores ciclistas y un buen espectáculo

—España, especialmente a nivel de Mundiales y Juegos Olímpicos, ha sido una potencia...

—Es verdad que aquí siempre hemos sido de carretera, y más de grandes vueltas. Luego hemos abierto el abanico a esprinters o clasicómanos... La pista debe potenciarse, pues ha habido grandes campeones como Timoner, Joan (Llaneras), que con los medios y el seguimiento que tenían, han sido algo excepcional.

—¿Cree que un ciclista como Llaneras, en otro país, estaría a la altura de los grandes iconos deportivos por sus resultados?

—Nos ha faltado esa tradición de pista, y quienes han conseguido cosas grandes en Mundiales o Juegos Olímpicos no son muy conocidos. En Alemania o Bélgica, la pista o el ciclocross son muy seguidos y les puede faltar eso en otras modalidades, pero creo que aquí tenemos potencial para cubrir todas las especialidades.

—¿Como es la vida del Miguel Indurain ciclista después de su retirada como profesional?

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—Nunca he dejado la bicicleta. Mi profesión es el ciclismo y he seguido rodando, participando en marchas o eventos, como la 312, donde hice la marcha corta porque no daba para más. En función del tiempo, la practico más o menos, y lo que deseo es promocionar el ciclismo entre los más jóvenes. Y que se metan en competición, aunque eso es más difícil y ahí cuesta engancharles. Y en eso estoy.

—Desde su posición y experiencia, ¿qué panorama dibuja dentro del ciclismo español en la actualidad?

—Hemos tenido grandes corredores como ‘Purito’, Valverde, Freire y compañía que nos han dado grandes alegrías y están en la recta final, o y se han retirado. Ahora, hay que dejar paso a los Landa, Izaguirre y compañía, que pegan fuerte. En España, corredores tenemos, hay talento, pero faltan patrocinadores, aunque tenemos a un gran equipo como el Movistar, que es de los mejores a nivel mundial. Después está Caja Rural y otros Continentales, pero nos faltan equipos para dar salida a los jóvenes, pues se acaban yendo fuera, a América o Asia... En ese cambio de filosofía o continente algunos se pierden, y es una lástima.

—Y esa tendencia se refleja en algo que era impensable en su época. Ciclistas españoles corriendo y siendo referencias de conjuntos extranjeros...

—En mi época no salías fuera. Era el revés, los buenos corredores venían aquí, como Zulle, Jalabert, Rominger... Antes había ocho o nueve equipos fuertes a nivel profesional, pero ahora toca salir de España para buscarse el futuro en muchos casos.

—¿En cuanto al Tour de Francia, ve a Chris Froome prolongando todavía más su reinado?

—La verdad es que está en un momento físico y mental muy bueno, cuenta con un gran equipo a su lado y creo que está en su plenitud. ¿Cuánto aguantará a ese nivel? Es difícil, pero depende de él y se le ve que tiene confianza en lo que hace, es un corredor bravo, y está marcando una época en las grandes vueltas. Depende de él y de sus fuerzas. En mi momento había gente a la que le gustaba mi forma de correr, diferente a la de Contador y otros, pero se defiende bien en todos los terrenos. Este año ha sido agresivo, atacando en bajada y cambiando la táctica.

—¿Y a Alberto Contador le ve luchando con él?

—Si él está convencido, es un corredor que siempre sale a tope. Pero la edad no perdona, los años pasan y ahora todo depende de su nivel y de cómo esté, pero él le va a poner todas las ganas. Después, la competición te sitúa en tu lugar. Está ilusionado, con nuevo equipo y ganas de seguir a alto nivel.

—¿Contempla un relevo sólido para esta generación?

—Hay chavales jóvenes que vienen bien y apuntan. ¿Hasta dónde llegarán? Es difícil de anticipar, pero por lo menos hay cantera, aunque tengan que salir fuera para ganarse la vida.