Ramón Bigas e Igor Asensio posan para este periódico a la entrada del campo del Platges de Calvià, en Magaluf. | Pere Bota
En casa de los Bigas y de los Asensio, el fútbol es un asunto de familia. De una manera u otra, siempre hay un balón sobre la mesa. Sobre todo ahora que sus apellidos ocupan un espacio habitual en el ecosistema del balompié de elite. De sus domicilios salieron hace un año y medio Pedro y Marco, que dejaron la Isla tras compartir vestuario, escudo y algún que otro mal trago como jugadores del Mallorca. Uno se fue a Las Palmas, donde se ha ganado la atención de otros grandes equipos. Y el otro, que paró en Cornellà antes de seguir creciendo, es una de las sensaciones del Madrid de Zidane y en unos pocos meses le ha puesto su firma a una serie de goles decisivos en todas las competiciones posibles. Un par de plantas más abajo y fuera de esa burbuja del profesionalismo, pero ya en categoría nacional, un Bigas y un Asensio vuelven a compartir vestuario y escudo. En este caso, el del Platges de su Calvià natal. Son Ramón e Igor. La saga continúa.
1 comentario
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Por favor! Comparar a Asensio con Bigas es comparar Jamon Ibérico a chopped. Igor, encima de poco agraciado eres un manta tio.