Djokovic se deshizo de Anderson por 6-2 y 6-2 en 75 minutos, y sumó la octava victoria consecutiva sobre el jugador de Johannesburgo en nueve duelos. Jugará por séptima vez en esta final, que ha ganado cinco veces. Y se presenta a ella, sin haber cedido una vez su servicio en cuatro partidos, permitiendo únicamente dos bolas de rotura, ambas contra el estadounidense John Isner.
Con 35 victorias y solo dos derrotas desde que comenzó Wimbledon, Djokovic está dispuesto y en forma para cerrar el año como lo que realmente es, el número uno del circuito, tras sumar esta temporada su cuarto título en el All England, unido al primero en Cincinnati, su tercer Abierto de Estados Unidos, y su cuarto Masters 1.000 en Shanghái.
Desde que empezó a jugar Wimbledon, solo el griego Stefanos Tsitsipas, en octavos en Toronto y el ruso Karen Khachanov en la final del Masters 1.000 de París, han logrado detenerle.
El de Belgrado, de 31 años, se encontrará en la final con el azote de Roger Federer, el espigado alemán, entrenado desde el Abierto de EE.UU. por Ivan Lendl, y que antes se impuso al suizo por 7-5 y 7-6 (5) imponiendo su juventud (21 años) y también su picardía, ante el virtuosismo del jugador de Basilea.
Este año, Djokovic ha conseguido ganar las dos veces que se ha medido a Zverev, la más reciente hace tan solo unos días en la primera fase de grupos (6-4 y 6-1) y antes, en las semifinales de Shanghái (6-2 y 6-1). La única victoria del jugador de Hamburgo se produjo en la final de Roma de 2017, sobre tierra (6-4 y 6-3).
El sucesor de Boris Becker, último alemán en ganar este torneo hace 15 años, ha irrumpido con fuerza en la gran fiesta de la ATP en Londres, derrocando al hombre récord de esta competición, Federer, para igualar sus duelos 3-3 e impedir que el helvético pueda ganar en esta sesión el título número 100 de su carrera.
Fue una triste despedida para Federer, que no consigue alzar la copa en este escenario desde 2011, cuando tenía 30 años y tres meses, salpicada además con los abucheos que el público dedicó a Zverev por detener un intercambio en el octavo punto del desempate, al percatarse que a un recogepelotas se le había escapado una bola, que rodó por el fondo.
Federer dominaba ese desempate crucial por 4-3, pero tras la reclamación legal de Zverev, el juez de silla brasileño Carlos Bernardes, concedió que el punto se repitiera, y 'Sascha' conectó un saque directo. «Claro que me afectó, me hicieron luego un «ace», dijo Federer, que no obstante aceptó con disciplina la decisión y en ningún momento optó por cargar contra el alemán.
El público no lo entendió así y pitó y abucheó al germano hasta interrumpir la entrevista a pie de pista. «Siento que esto haya pasado, no quería molestar a nadie», señaló entonces Alexander, que ahora debería salir reforzado contra Djokovic.
«Jugué contra Novak hace unos días, y no me fue muy bien», observó. «Novak es ahora mismo el mejor jugador del mundo», dijo al repasar las cualidades de su rival. «Es muy difícil ganarle. Apenas ha perdido un partido en los últimos seis meses. Está jugando un tenis increíble. Tienes que jugar tu mejor juego para tener una oportunidad. Espero poder hacerlo mañana», dijo.
«Trataré de lograr más ganadores y cometer menos errores no forzados», dictó Zverev sobre su estrategia.
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