Ganador de catorce etapas en el Tour, cuatro en el Giro y una en la Vuelta, Kittel fue el más fuerte en un esprint de mucho nivel que remató una jornada propicia para los esprinters. Con un puerto de tercera como única dificultad en el recorrido, el Coll Sa Creu a 35 km de meta, la jornada se presentaba muy favorable para los más rápidos, de ahí que entre los 163 corredores que tomaron la salida no estuviera el campeón mundial Alejandro Valverde, a quien el Movistar concedió descanso.
El primer ataque no se hizo esperar. En el quinto kilómetro se formó una fuga con el belga Aaron Verwilst (Vlaanderen), el canadiense Robert Britton (Rally UHC), el italiano Danilo Celano (Amore&Vita) y el irlandés Mark Downey (EvoPro). La fuga abrió hueco rápidamente: cinco minutos en el kilómetro 18, hasta que el Trek Segafredo del alemán John Degenkolb y luego también el Emiratos del noruego Alexander Kristoff resolvieron estabilizar la diferencia.
Todos los equipos con velocistas de relieve querían participar, en el Paseo Marítimo de Palma, en un esprint de mucho nivel, a la vista de las inscripciones, de ahí que la escapada tuviera remotas opciones de llegar a puerto. La ventaja rondaba el minuto y medio por el kilómetro 100 y, como en años anteriores, la aventura acabó poco antes del ascenso al Coll Sa Creu. El pelotón se había reagrupado a 52 kilómetros de meta y el Movistar tomó la cabeza a pie de puerto.
El pelotón, con Lluís Mas a la cabeza, coronó el alto sin novedad y, lanzado por los equipos de los esprinters, empezó a volar hacia el circuito del Paseo Marítimo.
Lo intentaron el alemán Justin Wolf, el holandés Lars Boom y el español Peio Goikoetxea. Llegaron a adelantarse 29 segundos al pelotón, pero éste terminó imponiendo su ley para dirimir el triunfo al esprint.
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