Kerber, primera cabeza de serie del torneo, venció a la francesa Caroline García, jugadora número 23 de la WTA por 6-3 y 7-6 (5) en una hora y treinta y siete minutos en la pista central, que congregó a numerosos aficionados, muchos de ellos ciudadanos alemanes.
La tenista germana, vigente campeona de Wimbledon, aprovechó la segunda bola de partido que tuvo en el segundo set para derrotar a García, una de las favoritas y que ganó el Mallorca Open en 2016.
La jugada clave se produjo con 5-5 en el marcador del 'tie-break'. La tenista gala cometió una doble falta que la alemana no desaprovechó con el servicio a su favor.
Por su parte Sevastova eliminó a la china Yafan Wang por un doble 6-2 en una hora de partido. La tenista letona, semifinalista del Abierto de Estados Unidos en 2018 y cabeza de serie número 2 del torneo balear, solo necesitó una hora para imponerse a la jugadora china.
Sevastova es una de las favoritas para adjudicarse la cuarta edición del Mallorca Open, un torneo que ganó en 2017 y alcanzó la final en 2016.
Asimismo, la suiza Belinda Bencic, tercera cabeza de serie, derrotó a la joven estadounidense Amanda Anisimova, de 17 años, por un doble 6-2 en una hora.
Anisimova, una de las grandes sorpresas del pasado Roland Garros, en el que llegó a las semifinales, no pudo con la mayor experiencia de su rival, cabeza de serie numero siete del torneo.
En otro de los cuartos de final disputados este viernes, la estadounidense Sofía Kenin, cabeza de serie número 7 del Mallorca Open, jugará por un puesto en la final tras vencer a la belga Elise Mertens por 1-6; 6-1 y 6-3. Kenin tuvo que remontar un primer set que perdió 1-6, aunque en el segundo le devolvió ese marcador a Mertens, cabeza de serie número 4 del Mallorca Open.
En la tercera manga, la estadounidense se impuso por 6-3 para asegurar su presencia en las semifinal ante la letona Anastasija Sevastova.
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Interesante evento; muy bien organizado, por primera vez he podido asistir en directo a una competición de tenis profesional; sólo dos cosas negativas: la visibilidad de la grada (económica) y el precio de una botellita de agua fresca en uno de los establecimientos del interior.