«Bahamontes me dijo que tirara delante, que no mirara atrás. Pero yo no escuché sus gritos pidiendo que parara en los metros finales, entré primero y me puse líder… El plan era que lo fuera él, pero la verdad es que no escuchaba nada por el estruendo que había en la llegada», recuerda Gabriel Mas, quien portó el maillot de líder en aquella Vuelta de 1960 durante una etapa, la que unió Gijón y La Coruña el 30 de abril, en la que Felipe Alberdi recogió el testigo. «Yo iba de gregario de Bahamontes -ganador un año antes del Tour-, sabía que iba a perderlo», puntualiza, aunque logró ser tercero en otras dos etapas, la quinta entre Ourense y Zamora, y la undécima: Barbastro-Pamplona.
Sesenta años después, no ha vuelto a verse a un mallorquín vestido de líder, un momento que rememora «con cariño, pues era algo muy grande por entonces y, ahora que me recuerda que no ha habido más mallorquines desde entonces, pues le doy más valor si cabe», recuerda desde su domicilio de Algaida el ex corredor de Mobylette-GAC, Licor 43, Faema, Emi, Ferrys y Club Ciclista Palma, con el que colgó la bicicleta en abril de 1966, recordando que Andreu Oliver, su último gran patrón, quiso que él dirigiera un ambicioso equipo con el que competir incluso en el Tour de Francia, aunque su fallecimiento frustró ese plan.
Ganador de una etapa en la edición de 1959 (Murcia-Alicante), Gabriel Mas puede haber presumido de haber corrido las tres grandes en un mismo año, en 1961, completando Vuelta, Giro y Tour en una gesta dentro de la historia del ciclismo isleño. Y lamenta la ocasión perdida en aquella ronda española de 1960, la que abrió como maillot amarillo y en la que acabó abandonando. «En la etapa entre Vitoria y Santander, hubo un corte y yo tiraba para enlazar. El director, Bernardo Ruiz, me dijo que parara para ganar la general por equipos… Pero yo iba cuarto en la general y volví a tirar. Tres veces... Hasta que, cuando ví que perdía tiempo, me senté en la cuneta y esperé al ‘camión escoba'. Bahamontes me intentó convencer, pero al final fui fuera de control», explica Mas, quien confiesa que disfrutaba más «en el Giro que en el Tour. La comida era mejor, los paisajes...».
La haría especial ilusión que su testigo lo pueda recoger otro Mas, Enric, de quien espera «cosas importantes. Ya ha demostrado que puede estar con los mejores. Ser segundo en La Vuelta y quinto en el Tour de Francia es muy importante». Y del ‘artanenc' destaca «que es un chico que sabe correr, que no gasta un gramo más de energía de lo necesario. Es inteligente, pero también joven y le quedan muchos años por delante».
De sus años de profesional, Gabriel Mas rememora el valor de este deporte como oficio, «pues en aquella Mallorca todavía no había turismo y era una manera de ganarse la vida, y además había una gran afición», añadiendo que en más de medio siglo, el ciclismo «ha cambiado una barbaridad. Antes, el único que se podía permitir un médico era Anquetil, y las bicicletas o las carreteras no tienen nada que ver… No estaba todo tan controlado, te guiabas por el instinto».
En aquella Vuelta 60 hubo otros mallorquines. Antonio Karmany (Kas) fue cuarto en la general, ganó la montaña y la última etapa; Miguel Bover (único balear ganador de etapa en el Tour) y Gabriel Company formaron con el Licor 43.
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