España presenta a siete saltadores en Fukuoka. En el último Mundial, Alberto Arévalo fue undécimo en el trampolín de tres metros, mientras que Nico García Boissier y Adrián Abadía fueron décimos en sincronizados masculinos en trampolín de 3 metros.
El mallorquín Adrian Abadía (trampolín 1 metro y sincronizado trampolín 3 metros) destacó el cambio de paradigma que ha supuesto el cambio de entrenador y que el objetivo es conseguir una final con Nicolás García Boisser.
«Estar entre el top 6 -fueron undécimos el año pasado en el Mundial- sería un grandísimo resultado», dijo Abadía, un fanático del sushi.
Los seleccionadores destacan que los nadadores son las puntas de lanza de una gran 'escuela de saltos' que quiere llevar a España a otro nivel, además de ampliar la base de jóvenes saltadores.
Recuerda que después de los EuroGames, este Mundial será «la primera prueba selectiva» y se siente interesado en comprobar si el equipo está cerca de la consecución de plazas olímpicas en Fukuoka, de estar entre los doce primeros, algo que será «muy, muy difícil».
EL OBJETIVO DE ESPAÑA: PASAJES OLÍMPICOS PARA PARÍS 2024
Rinaldi considera que el trabajo a corto plazo, la clasificación olímpica para París 2024, es indispensable, porque es «superimportante» tener saltadores olímpicos de referencia, que es lo que permite posteriormente ampliar la base.
La competición mundialista tiene el aliciente de la calificación olímpica para los Juegos de París 2024, ya que los doce primeros clasificados en las pruebas individuales de 3 y 10 metros obtienen una plaza para su comité olímpico nacional.
Además, los tres primeros equipos (excluyendo a Francia) en las pruebas individuales masculina y femenina de 3m y 10m obtendrán una plaza olímpica para su Comité Olímpico Nacional.
El equipo lo completan Carlos Camacho y las saltadoras Valeria Antolino, Ana Carvajal y Rocío Velázquez.
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