Palma08/05/23 1:09
Un golpeo de Rivillos desde el punto de penalti, después de un partido de fútbol sala épico y más de dos horas y media de emociones al límite, acabó con un cuarto de siglo de lágrimas y desgracias. Con 25 años de frustraciones. Con una maldición que parecía que iba a perdurar en el tiempo –nueve tandas de penaltis habían acabado con los jugadores agachando la cabeza– y que acabó con la conquista del trofeo más preciado del continente ante el Sporting de Portugal que llegaba a la Isla como el candidato número uno al título. El destino le tenía reservado al Mallorca Palma Futsal un giro de guión inesperado.
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