Antonio Vadillo y Jesús Velasco, entrenadores del Palma Futsal y del Barcelona, posan con el trofeo de la Champions League.

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Casi un año después de tocar la gloria en el Velòdrom Illes Balears, el Palma Futsal quiere repetir éxito en el Demirchyan Arena de Ereván (Armenia) y extender su hegemonía en el viejo continental con su segundo entorchado consecutivo. El vigente campeón de la Champions reclama este domingo (18:00/IB3 y DAZN) su trono como rey de Europa ante el Fútbol Club Barcelona, que aspira a coronarse por quinta vez en su historia en una final española en la que los galones de favorito recaen sobre los azulgrana.

Después de superar al Benfica en los penaltis en la primera semifinal de la Final Four con una gran puesta en escena y una extraordinaria reacción ante las adversidades, el Palma Futsal encara otro desafío de máxima dificultad ante uno de los mejores equipos del mundo. El líder de la liga española está diseñado expresamente para apoderarse del trofeo que desde el año pasado luce en la vitrinas de los de Ciutat, que son conscientes de la oportunidad histórica que se les presenta de convertirse en bicampeones y situarse a la altura de Sporting de Portugal, Kairat Almaty y Playas de Castellón. En el club y en la plantilla de Antonio Vadillo disfrutan de un momento impensable hace apenas dos años y se exigen exprimir una ocasión que nadie sabe cuando podría volver a presentarse.

El traje de la Champions le sienta bien al Palma Futsal, que no conoce la derrota desde su debut en tierras belgas en 2022 y saca a relucir su mejor versión cuando se codea con los mejores de Europa. Cuando todo parecía en contra en su irrupción en su segunda Final Four de la Liga de Campeones, los de Vadillo firmaron el mejor encuentro del curso ante el Benfica y este domingo necesitan dar un paso más para superar a un adversario que infunde respeto y que durante muchos años ha sido su verdugo en grandes citas.

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La buena noticia para el técnico jerezano es que recupera a Bruno Gomes tras perderse la primera semifinal por sanción y la mala es que pierde a Ernesto, que fue expulsado por doble amarilla ante el Benfica. Sin Tayebi y Fabinho lesionados, los de verde pistacho ya fueron capaces de exhibir su capacidad competitiva, pero ahora necesitan redoblar los esfuerzos y elevar su contundencia en las áreas, un aspecto que Vadillo ha subrayado especialmente en los días previos. Minimizar los errores y las armas del rival, extremar la concentración, leer e interpretar lo que requiere el choque en cada momento o controlar los detalles son claves para tratar de desarbolar a un equipo plagado de estrellas que puede marcar las diferencias con sus individualidades.

El Barcelona es superior en presupuesto, palmarés, nivel y profundidad de la plantilla y experiencia, pero el Palma Futsal ya ha demostrado que es capaz de ofrecer una respuesta a la altura cuando el escenario lo exige y en su plantilla, aunque muy cambiada respecto al pasado curso, hay jerarquía suficiente para nivelar las fuerzas en este sentido. En la Final Four del año pasado los isleños respondieron en el momento oportuno y han vuelto a hacerlo en Ereván ante el Benfica, pero ahora le toca hacerlo con más cansancio en las piernas. La adrenalina del momento y la motivación de agarrarse a una oportunidad única puede mitigar la fatiga con la que acabaron los de verde pistacho, que salieron algo magullados de su primer duelo pero con la confianza por las nubes por una clasificación forjada a base de juego y fe.

Además de la variedad de planteamientos a los que acogerse, la alternativa de Luan Muller en la portería es otro de los principales factores de desequilibio del equipo de Ciutat para comprometer a un rival como el Barça que somete a cualquiera con el balón, presume de recursos en la pizarra del laureado Jesús Velasco y dispone de estrellas mundiales como Pito, Ferrao o Sergio Lozano, magos como Catela y, en definitiva, un grupo que ansía llegar a lo más alto dos años después.