Los jugadores celebran el primer gol del partido disputado el pasado domingo ante el Valencia, anotado por Castro. | Monserrat
La Liga entra en su fase de mayor ajetreo, en su etapa más estresante. Todo o nada, no hay término medio. Hoy por ejemplo el Mallorca se juega mucho por arriba y el Zaragoza igual, pero por abajo. Ambos miden sus fuerzas ya muy ajustadas en La Romareda (20:00 horas, PPV). Los partidos que juega el equipo de Manzano lejos de casa esta temporada son muy previsibles y más allá de estar mejor o peor, suele no ganar. Es como una película de James Bond. El final es casi siempre el mismo; los malos acaban entre rejas y el agente especial suele llevarse la chica y la gloria.
Pero el entrenador andaluz avisó el lunes de que el panorama puede y debe cambiar si Europa es el objetivo. Además, el técnico jienense se mostró convencido de que su equipo puntuará en los tres últimos partidos que debe jugar como visitante en Zaragoza, Bilbao y Coruña. A priori no es un mal tratado de intenciones, pero en esta campaña la inercia ganadora de Son Moix no se ha trasladado en los partidos que el equipo balear ha jugado fuera de Palma donde sólo ha sumado dos victorias: Pamplona y Valladolid.
Europa contra permanencia
Ahora llega el momento de medirse a un rival que ha salido del pozo, pero que aún tiene cerca la soga del descenso. Con 32 puntos está relativamente lejos del peligro. Una victoria hoy ante el Mallorca supondría dar un paso de gigante en sus aspiraciones para salvarse y eso choca frontalmente con las aspiraciones de un equipo bermellón que necesita de una nueva victoria para aumentar la presión sobre el Sevilla, que ayer tropezó en el José Zorrilla y que, con 51 puntos, delimita la zona de Liga de Campeones. No perder supondría recuperar la cuarta plaza a falta de seis encuentros para bajar el telón. Lo dicho, hay mucho en juego y la temporada está en plena recta final, en plena guerra sin cuartel.
Deportivamente, Gregorio Manzano afronta el encuentro con ciertos problemas, sobre todo en la retaguardia y en el carril diestro. Ha ido perdiendo hombres poco a poco. Cayó Tuni, después Ramis, también Julio Àlvarez, y finalmente Varela también es baja por sanción. Este escenario se vería con cierta preocupación si el partido se jugara en Palma, pero puede ser un asunto menor como visitante, donde cualquier pequeño revés se convierte en material sensible para la escuadra balear. No obstante, hay motivos para la esperanza y para que el equipo pueda amarrar tres puntos de oro en La Romareda.
De entrada, Aouate sigue siendo un seguro de vida bajo los palos y a partir de ahí el equipo debe tener básicamente orden para no salir de vacío de Zaragoza. Josemi volverá al lateral y por delante tendrá seguramente a Mattioni. Esta es una de las alternativas que ya probó ante el Valencia, en los últimos minutos, y que no salió mal. Por la izquierda sigue el poder ofensivo de Gonzalo Castro y entre medias juegue quien juegue garantiza, de entrada, orden. Delante Manzano tratará de aprovechar el buen momento de Webó -4 goles en la segunda vuelta- y amarrar tres puntos de oro y casi de Champions.
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