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El Mallorca está elaborando un plan 'anti Llorente'. Gregorio Manzano sabe que el ariete internacional es el principal argumento que maneja el Athletic y quiere reforzar las paredes del centro del campo para limitar el suministro de balones hacia el riojano. «En él terminan el ochenta por ciento de las jugadas y hay que estar muy atentos», recordaba ayer el técnico bermellón, que podrá contar para ello con Borja Valero, Mario Suárez o Julio Àlvarez. «Tenemos más razones para tratar de equilibrar el potencial físico que tienen y buscar el control del juego y del balón», insistía el de Bailén.
El entrenador rojillo ha cuidado muchísimo los detalles del desembarco en San Mamés durante toda la semana. En esa dirección, una de sus mayores preocupaciones es el estado de Borja Vallero, que arrastra molestias en el pie desde el pasado domingo. El cuerpo técnico ha ido dosificando al jugador madrileño para asegurar su presencia ante el Athletic y salvo que surjan problemas de última hora será el director de orquesta del Mallorca en la final de mañana. «Sigue entre hielo, desde el punto de vista del empeine y no hemos creído necesario infiltrar ese golpe en todos entrenamientos, porque en todo caso se hará el domingo. No está mal y llegará al partido», explicaba al respecto Manzano.
En el caso de Mario Suárez, su regreso es una de las mejores noticias que podía recibir el técnico en el tramo más delicado de la temporada. El de Alcobendas, que se había perdido las últimas jornadas por una contractura en el abductor del muslo derecho, ha vuelto esta semana a la rutina de la plantilla y aunque parecía que no estaría disponible hasta el miércoles, Manzano desveló ayer que también está preparado para jugar en Bilbao.
Julio Àlvarez, por su parte, ya reapareció ante el Málaga y es probable que regrese al once incial para alojarse en la banda derecha del centro del campo.