Aritz Aduriz lamenta el gol anotado por el Deportivo. | Miguel Riopa

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El Mallorca vive la última semana del curso pendiente del documento más preciado. El viernes expira el plazo legal que tiene el máximo organismo continental para, a través de la Real Federación Española de Fútbol, conceder o denegar la Licencia UEFA, un requisito indispensable para que el equipo isleño puede participar en competición europea -ya sea la Champions o la Europa League- la próxima temporada 2010-11. En el entorno de la cúpula mallorquinista se respira cierto pesimismo, aunque el propietario Mateu Alemany está realizando todas las gestiones posibles y moviendo hilos para obtener el pasaporte y certificar su quinta presencia en Europa, que logró matemáticamente la semana pasada. El próximo sábado, a partir de las 22.00 horas, se despejará la incógnita de si juega la Champions -debe vencer al Espanyol y que no gane el Sevilla en Almería- o la Europa League. Pero unas horas antes -previsiblemente el jueves o el viernes- se conocerá la decisión de la RFEF.
Las dudas apuntan a la denuncia del Athletic de Bilbao, que adjunto a la documentación requerida para tramitar su Licencia UEFA la deuda que mantiene el Mallorca por el traspaso de Aduriz. Tampoco la situación preconcursal beneficia al Real Mallorca, que ha decidido no instar el concurso de acreedores hasta que esta semana no se despeje la incógnita sobre dicha licencia.
La situación, no obstante, no invita precisamente al optimismo. En el transfondo de la posible decisión que adopte la Federación, y en concreto Angel María Villar, aparece el hecho de que Mateu Alemany, actual máximo accionista de la SAD balear, opositara a la presidencia de la RFEF en lucha directa con su presidente.
En el caso de que, finalmente, le denegaran la Licencia UEFA, el club tiene previsto apelar. En primer lugar, con la presentación de un recurso de Apelación contra el Comité de Segunda Instancia contra la resolución de cancelación por la RFEF. Si éste no prospera, puede dirigirse ante la Corte de Arbitraje del Tribunal de Lausanne, el TAS, contra la resolución de eliminación de un club de una competición UEFA.
La diferencia entre disputar la Champions o jugar la Europa League resulta abismal. Por ejemplo, si el Mallorca -en caso de finalizar cuarto- supera la fase previa y se clasifica para la primera liguilla, ya tiene unos ingresos mínimos garantizados superiores a los 7 millones de euros, sin contar los ingresos por taquilla y publicidad. Sólo por partido ganado, percibiría 800.000 euros por los 140.000 de un triunfo en la segunda competición europea. En el caso de alcanzar y ganar la Europa League, los ingresos apenas alcanzarían los 6 millones de euros, una quinta parte del botín que ingresa el campeón de la Liga de Campeones.
El Atlético de Madrid, por ejemplo, se ha asegurado ya cerca de 22 millones de euros, tras su paso por la Champions y su posterior travesía en la Europa League, cuya final disputa mañana ante el Fulham. La diferencia es abismal. Ahora, todo depende de la decisión que adopte la RFEF.