Para Emilio Nsue López este verano es diferente. Acostumbrado a dedicarle el mes de julio a las categorías inferiores de la selección española, el delantero mallorquín participa en Ermelo en su primera pretemporada como futbolista profesional. Y lo hace, además, con el deseo de saldar cuentas pendientes. Debutó hace un par de años en Primera, aunque la falta de continuidad y la necesidad de que su juego madurase le enviaron dos años a Segunda. Superó en Castellón la primera prueba, y la campaña pasada se marchó a San Sebastián, donde tocó el cielo con un ascenso. Como futbolista de la Real Sociedad aprendió también a reciclarse retrasando su posición en el campo y se perfila ahora como el inquilino de la banda derecha en la pizarra de Laudrup. Él, en cualquier caso, no se precipita y ni siquiera quiere dar por sentada su presencia en la plantilla.
Emilio sabe desde hace tiempo que es una de las mayores esperanzas de futuro del club, pero no conoce la presión y se limita a trabajar sin agobiarse por lo que pueda depararle su regreso a Son Moix. «La experiencia está siendo muy bonita, aunque a la vez dura», apunta. «Los técnicos me están viendo y poco a poco trato de hacer las cosas bien. Y sí se habla de mí desde hace tanto es porque llegué muy joven, nada más. Ahora sigo siéndolo y me que queda muchísimo por aprender y muchísima experiencia que coger», prosigue una de las grandes esperanzas de la cantera mallorquinista.
El balear agradece además su paso por la segunda planta del fútbol español, ya que ha descubierto algunas facetas del juego en las que apenas incidía. «Me ha aportado muchísimo. Antes de salir de aquí me costaba mucho defender y fuera he aprendido a hacerlo, sobre todo jugando en la banda. Antes sólo jugaba arriba y ahora puedo hacerlo en cualquier posición del centro del campo. Todo eso es bueno para mí y mi futuro», subraya. Aunque sobre ese cambio de posición que propició su anterior técnico, Martín Lasarte, matiza que sigue prefiriendo el ataque. «Siempre he dicho que soy delantero y que donde más cómodo me siento es arriba, pero en la banda tengo mucho espacio y no quedo sólo ahí, ya que caigo hacia el centro y si estoy bien físicamente no tengo problemas para llegar bien al gol. Lo que más me gusta es marcar», recuerda.
Minutos
Emilio, uno de los futbolistas más utilizados por Laudrup en el 'stage' holandés, está convencido de que su juego seguirá creciendo en las próximas semanas. «Estoy encantado por estar participando tanto con el equipo. Confío mucho en mis posibilidades, pero lo primero es el grupo. No estoy a tope físicamente, pero me encuentro cada vez mejor y voy poco a poco conociendo a mis compañeros. Desde que tengo quince años se habla de mí y parece que soy viejo. Quiero que éste sea mi año, y si no, tampoco perderé la calma», afirma sin perder la sonrisa, sabedor de que ha llegado su momento.
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