Dudu Aouate detiene un balón en una acción del partido disputado en San Mamés esta temporada.

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Nuevo partido contra el Athletic club...y nueva polémica. Es casi ley de vida. Desde que en el 98 Luis Fernández prendió la mecha, pocas han sido las temporadas en las que por un motivo o por otro la tensión reina en las previas entre ambos equipos. Las desavenencias han sido constantes y la última situación se confirmó ayer al rechazar la directiva del Athletic asistir al almuerzo entre directivas previsto para el próximo lunes.

La directiva rojiblanca alude que aterrizan en la Isla en diferentes vuelos y que cuadrar la agenda para asistir al almuerzo es complejo. Sin embargo, la realidad es distinta y el 'caso Aduriz' sigue coleando y el impago por la compra del delantero continúa marcando una brecha importante en las relaciones entre ambos equipos.

Con motivo del partido disputado en la primera vuelta del campeonato, el Athletic organizó un encuentro con los directivos del Mallorca, que finalmente no se produjo ya que el presidente del club rojiblanco, García Macua, no asistió al cónclave.

En el Mallorca entienden que el Athletic esté molesto con el club balear porque la situación es clara: la SAD balear adquirió un futbolista de su equipo y finalmente no cumplió con los pagos establecidos. Además, el jugador fue traspasado posteriormente al Valencia y el círculo se cerró.

Sin embargo, la deuda del Mallorca con el Athletic no se saldó y esta entró a formar parte de la masa de acreedores que está incluida en le concurso. Según el estudio efectuado por la administración concursal, la deuda con el club rojiblanco ascienda a los 2.550.000 euros, que deben negociarse tanto en la cantidad final que le llegará al club propiedad de Aduriz, cuando se realizó el fichaje, como el tiempo en que se irá saldando la cifra. Por todos estos motivos el Athletic continúa guardando las distancias con el Mallorca, aunque más allá del plante de Macua en el partido de ida, la tensión, al menos dialéctica se ha ido reduciendo. No obstante, ha habido momentos donde el cruce de declaraciones ha sido máximo, como el momento en que Mateu Alemany aseguró que si «el Athletic quiere guerra la tendrá» o en el momento en que el ex presidente del club balear, Tomeu Vidal, calificó al presidente del club vaco de «maleducado». Son capítulos pasados que sin embargo han motivado una clara erosión en las relaciones existentes entre ambas instituciones.

El hecho de rechazar la invitación a la comida entre directivas es un motivo más que no ayuda a reconducir la situación, pese a que en el club entienden que desde San Mamés se esté molesto por todo lo ocurrido en la venta de Aduriz. La guerra fría entre Athletic y Mallorca, lejos de apaciguarse sigue en pleno desarrollo. El lunes otro capítulo.