La dureza del calendario le ha acabado pasando factura al Mallorca, que entre el final de la primera vuelta y el nacimiento de la segunda se ha ido dejando por el camino más puntos de los necesarios. Sobre todo en Son Moix, donde ha lanzado a la papelera tres de las cuatro últimas funciones que ha representado. No obstante, ha amortiguado bien el golpe gracias al abrigo que le proporcionan aquellos puntos que recolectó a principio de curso y a sus recientes victorias sobre Athletic y Espanyol, por lo que su situación aún es cómoda.
Abrochada esta última semana frenética y a pesar del patinazo frente al Valencia, el Mallorca puede concederse un pequeño respiro y recuperar su agenda habitual antes de volver a arremangarse. No vuelve a competir hasta el domingo y tiene toda la semana por delante para preparar una confrontación que hace unos meses hubiera parecido asequible, pero que se ha ido envenenando con el avance de las jornadas. Le espera un Levante que lleva toda la segunda vuelta reivindicándose y que, a pesar de sus limitaciones, se ha acostumbrado a presentar batalla en todas sus apariciones y sólo ha cedido una derrota (en el Santiago Bernabéu) en los siete compromisos de este segundo ciclo de la Liga. En esa mejoría, ha hecho del Ciutat de València su gran plataforma de lanzamiento. Ha ganado allí a sus cuatro últimos visitantes (Getafe, Almería, Osasuna y Espanyol) y ha conseguido distanciarse del fuego justo a tiempo. Eso significa que encarará el encuentro sin la presión de las urgencias, pero pretende aprovechar su potencia actual para cubrirse las espaldas.
Solventado ese trámite, aterrizará en el Iberostar otro equipo perseguido por la sombra del descenso: el Zaragoza. Los maños, a trompicones toda la temporada, dejaron una buena imagen en el Camp Nou y ya zarandearon al Mallorca en el partido de la primera vuelta. Su fragilidad es palpable en muchos aspectos, pero tampoco podrá dejar nada a la improvisación y llegará hambriento. Ése es su gran peligro a estas alturas del torneo.
El encuentro del morbo
El cuarteto de la salvación se cerrará con un desplazamiento a Riazor y con la visita a Palma más morbosa de toda la competición, la del Sevilla de Gregorio Manzano. En el caso del partido de A Coruña, parece posible pujar por los tres puntos. Más que nada, porque el Deportivo también vive instalado en ese pelotón de equipos que han hecho de la irregularidad una de sus señas de identidad. En cuanto a los hispalenses, la historia es muy diferente. Construida como una de las plantillas con más recursos del fútbol español, su puesta en escena resulta imprevisible y los factores extradeportivos que envolverán al encuentro pueden acabar marcando el rumbo del choque. E incluso del futuro del Mallorca.
5 comentarios
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A la mierda la natacion señora que el futbol es lo que da dinero,morbo y polemica....y emocion!!!!
"Liguero no hay liga, se hace liga al ligar". (De otro eximio eximiado). Idó, que ets pensaves, secretari.
todo lo relacionado con el futbol, me parece muy bien, HAY ALGUIEN QUE SE HAYA ENTERADO QUE ESTE FIN DE SEMANA SE HAN CELEBRADO LOS CAMPEONATOS DE BALEARES DE NATACION????? VERGUENZA, NI UN SOLO COMENTARIO
Porqué no nos dejamos de toneterias de europa y demás historias. El Mallorca por desgracia, hoy por hoy sólo puede y debe pensar en la salvación. No tenemos plantilla para estar en tres competiciones, y eso es algo que se debe asimilar. Si en un par de años, se ha recuperado económicamente y se puede tener una plantilla más competitiva, vale, pero ahora no es el momento. La primera división debe ser nuestro único objetivo, hay que ser realistas.
Queda Liga más que suficiente para que el Real Mallorca pueda certificar la permanencia cómodamente, sin prisas pero sin pausas. No hay que aumentar exageradamente la responsabilidad en cuatro partidos, considerándolos imprescindibles, porque pongamos como ejemplo que estos cuatro partidos decisivos acabaran en empate. Nada se habría tampoco solucionado definitivamente. En la Liga se va paso a paso, partido tras partido, como dijera el eximio poeta querido, caminante no hay camino se hace camino al andar.