El fichaje de Ricardo Bueno da Silva permitiría al Mallorca zanjar una de sus prioridades y aliviar las urgencias que padece en una de las parcelas más determinantes

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Llorenç Serra Ferrer se ha fijado un nuevo objetivo para el ataque de la próxima versión del Mallorca. En su intento de darle volumen a una delantera que ha archivado el último ejercicio con los efectivos justos, el propietario de la entidad ha marcado con un círculo rojo el nombre de Ricardo Bueno da Silva. El brasileño, que el próximo mes de agosto cumplirá 24 años, responde al perfil que persigue el pobler para reforzar el vestuario y aunque en principio no se trata de una operación sencilla (tiene contrato en vigor), el club ya ha empezado a trabajar pensando en su posible incorporación.
Ricardo Bueno ha consumido la última temporada incrustado en las filas del Atletico Mineiro, con el que ha alargado su prometedora evolución con el último torneo brasileño como telón de fondo. Formado en las categorías inferiores del Nacional del Paraná, en la temporada 2008-09 dio el salto al Londrina, donde a pesar de las lesiones redondeó unos números más que interesantes (5 goles en 6 partidos) que le abrieron las puertas del Gremio de Porto Alegre antes de marcharse cedido al Oeste de Itápolis, el equipo en el que tocó el cielo. Selló dieciséis tantos y se erigió en el principal artillero del campeonato paulista, hasta que el Atletico Mineiro desplegó sus redes para asegurarse sus servicios.
Si el Mallorca consigue atrapar a Ricardo Bueno propiciaría un salto de calidad en el vestuario y lo haría además en una zona especialmente castigada. La temporada pasada, Fernando Cavenaghi, que llegaba a la Isla como el fichaje estrella del primer proyecto, acabó desligándose del club en pleno mercado de invierno y pese a los intentos por apuntalar esa parcela después de la lesión sufrida por Víctor Casadesús (fracasó en las negociaciones por el nigeriano Anthony Ujah, del Lillestrom), tuvo que sumergirse en la última parte del curso con Pierre Webó como único estilete. El camerunés, prácticamente descartado en pretemporada, cumplió y pulverizó todos los registros de su tarjeta de presentación (11 goles), aunque eso no pudo evitar que el equipo lo pasara fatal o que estuviera a punto de perder la categoría en el último capítulo de la Liga.
Serra Ferrer ha aprendido la lección y ha convertido el fichaje de un nueve en la prioridad veraniega. El máximo accionista entiende que es básico contar con un punta de primer nivel y quiere canalizar sus fuerzas en esa dirección. De momento sigue tiene teniendo mucho trabajo por delante, pero si consigue colocarle a Ricardo Bueno la camiseta rojilla se habrá anotado el primer golpe de efecto.