Toni Fons ha dado la cara y no se arrugó en ningún momento. Pese al cambio enorme que experimentó de jugar en Tercera a hacerlo con profesionales, el 'manacorí, cumplió. | Carlos Román

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Llegó el último 'stage', como invitado de excepción por la lesión de Yeray Gómez, y volverá esta tarde a Palma como el portero de la plantilla que más partidos ha jugado en Holanda. Toni Fons representa una de las mayores sorpresas de esta pretemporada. El 'manacorí', que hasta hace nada jugaba en Tercera División con el Binissalem, apenas ha tenido tiempo de asimilar la cantidad de buenas noticias que ha recibido en unas semanas. Se enteró en el plazo de un par de horas de que el filial bermellón, con el que jugará el curso que viene, militará en Segunda B y de que compartiría trabajo en Oosterbeek con Dudu Aouate y Juan Calatayud bajo la dirección de Miki Garro. Tras una semana de entrenamientos le llegó su momento en Nimega. Calatayud había recibido un golpe en le clavícula ante el Heerenveen que le obligaba a trabajar aparte y mientras Aouate calentaba para medirse al Nec, recibió un balonazo que le provocó un corte en la mano y le mandaba al banquillo. Después de eso, a Fons le ha tocado encadenar tres participaciones seguidas en las que ha recibido cinco tantos. Su peor momento quizá lo vivió ayer, después de equivocarse en una acción que dio paso al primer tanto del Groningen. Al final del encuentro el propio Laudrup trató de arroparlo y señaló que «Toni ha tenido un poquito de mala suerte».