Ha llegado el momento de que Jonathan de Guzman se defina. Tiene tres opciones: seguir en la Isla, irse al Rubin Kazán o pedir al Mallorca que negocie su salida con el Villarreal. | Monserrat

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La semana en el Real Mallorca arranca una vez más con el punto de mira puesto en los despachos de Son Moix. Jonathan de Guzman capitaliza la actualidad del club y también es uno de los principales motivos de preocupación de Serra Ferrer. El club isleño ha llegado a un acuerdo con el Rubin Kazan, que paga ocho millones de euros por el futbolista, pero el jugador, pese a la ficha que recibirá en Rusia, pretende seguir en España y concretamente en el Villarreal.

Pero ahí se da un problema que en estos momentos es insalvable y que pasa por la negativa del Mallorca a negociar con el Villarreal y ante esta tesitura, desde Son Moix se recuerda de manera insistente que si el jugador se marcha a Castellón, será siempre previo pago de doce millones de euros, es decir la totalidad de la cláusula de rescisión del futbolista. Sin embargo, si el Villarreal finalmente es el club de destino de De Guzman y el futbolista quiere forzar su marcha a El Madrigal, entonces no le quedará más remedio que manifestarse al respecto y tratar de forzar una negociación.

Incluso si se da este escenario, el traspaso no será en absoluto fácil porque Serra Ferrer no quiere negociar con el Villarreal. Es cierto que el futbolista y el club balear alcanzaron un 'pacto' por el cual si un club de superior categoría quería fichar al centrocampista, desde Palma se le facilitaría la salida llegando a cifrar la cantidad de salida en 8 millones de euros.

Sin embargo, el Villarreal es el 'enemigo número 1' del Mallorca y además se interpreta desde Son Moix que el club de Castellón no actúa de buena fe al negociar primero con el futbolista.

Apurar al máximo

Si la carta que se juega desde Castellón es apurar al máximo y llamar a las oficinas de Son Moix en los últimos días de agosto con una oferta 'insuficiente', el Mallorca se cerrará en banda y exigirá la totalidad de su cláusula, es decir 12 millones.

Y es que el temor que existe en muchos equipos, entre ellos el Mallorca, es que los clubes que pretenden a sus futbolistas apuren al final del plazo establecido y presionen con ofertas a la baja, tras haber cerrado ya un acuerdo con el futbolista.
Esta es precisamente la inquietud que tiene el Mallorca, es decir, que el Villarreal juegue sucio y le arrebate al jugador más preciado en el equipo.

Si finalmente De Guzman no quiere marcharse a Rusia, tendrá que decidir si continúa en el Mallorca renovando su contrato o por el contrario fuerza a que se lleve a cabo una negociación entre su actual club y el Villarreal, algo que no parece muy probable que suceda y más si van pasando los días y el club de Castellón sigue aplazando para final de mes su oferta oficial. El guión sigue el curso previsto.