La Liga entra en esa fase que tanto le gusta a Luis Aragonés, los últimos diez partidos, los más histéricos, los más divertidos, lo más emocionantes del campeonato donde todo está en juego. Es como llegar a los ultimos diez kilómetros de un maratón. Las fuerzas son muy justas, aparece el cansancio mental y las ansiedad por legar pueden incluso jugar una mala pasada. El Mallorca abre esta fase de la temporada hoy en Gijón, ante el Sporting de Javier Clemente, el último recurso del equipo asturiano para esquivar el descenso a Segunda. A partir de las ocho sobre el tapete de El Molinón se enfrentarán dos equipos con urgencias, aunque uno tiene la gripe mucho más metida en el cuerpo que el otro. Para los asturianos se trata de una final, para los baleares es un partido importante. Para el conjunto de Clemente perder es hundirse más en las arenas movedizas, pero para los de Caparrós es embarrarse un poco los tobillos de barro, pero nada que no se pueda arreglar deslizando un sencillo trapo.
Es la lucha de la ansiedad contra la búsqueda de la tranquilidad completa y en ese escenario quién mejor se desenvuelva será el que ganará el partido.
Partió ayer el Mallorca con un sinfín de bajas, tres de ellas de importancia capital como las de Castro, Pereira y Ramis. También se quedan fuera Tejera, Ogunjimi y Kevin. De los seis, cuatro de estas ausencias se debe a los daños colaterales que se produjeron tras la victoria conseguida frente al Atlético. Se ganó, pero el precio que se pagó fue elevado. Ahora hay que ir a Gijón sin tres de los jugadores más en forma de la plantilla y por lo tanto no quedará más remedio que medir una vez más la profundidad de banquillo.
Especular ahora con el posible once que puede sacar Caparrós es un ejercicio poco prudente y si bien en la zona defensiva las cartas parece que están muy marcadas, no ocurre lo mismo en el centro del campo e incluso en la delantera, donde existe, pese a las ausencias, un mínimo margen de maniobra para poder elegir a los más adecuados.
Alternativas
Alfaro, Víctor, Hemed y Álvaro ofrecen alternativas tanto en la delantera como en la segunda línea de ataque y si bien la victoria es un objetivo que siempre se presupone que un equipo irá a buscar, en el ambiente flota también la sensación de que un empate será un botín bien recibido por la expedición balear.
Sólo el deseo firme de certificar la permanencia hará que hoy la victoria sea también para los mallorquinistas un objetivo a perseguir con tanta fe como lo pudieron hacer ante el Atlético en la segunda parte. Caparrós habló de que este equipo tiene «alma», ensalzó su «carácter» y la testosterona y ahora debe poner todos estos elementos sobre el césped para trata de salir airoso de un enfrentamiento que se presenta muy complicado. Clemente puede gustar o no, pero de momento su fichaje está dando el resultado apetecible porque el equipo esta respondiendo, las sensaciones son diferentes, aunque no es menos cierto que ante un grupo con una calidad muy justa, se tienen que esperar pocos milagros.
El Mallorca está suelto, lleva tres jornadas sin perder y ha sacado adelante situaciones críticas como sobrevivir a una derrota en Valencia en el primer tiempo llegando a conseguir un empate a dos y certificando los tres puntos contra el Atlético, con uno menos y el rival acortando distancias.
El factor fortuna está de su lado y el equipo, también hay que decirlo, está actuando con rigurisidad táctica en muchos minutos y ejerciendo al pie de la letra las órdenes de su entrenador.
No hace un fútbol atractivo, casi nadie lo hace en España a excepción del Athletic Club. Tampoco el once de Caparrós ofrece un atractivo especial en su recetario, pero con más o meno sufrimiento va sacando la temporada adelante y contando con que hoy no salga de vacío, quedará una jornada menos y eso empiezan a ser ya muchos puntos entre lo que uno puede sumar y lo que tu rival puede dejar en el camino.
Tomar distancias ahora es casi definitivo y siendo realistas, ganar hoy es casi asegurar la permanencia. Además, los póximos encuentros también serán de una exigencia enorme, empezando por el del sábado ante el Barcelona, por lo que siempre será mejor plantearse el choque de hoy como una asignatura optativa en la que hay mucho que ganar y cuyos puntos valdrán seguro su peso en oro.
Será fundamental salir conectados de inicio y no esperar al segundo tiempo para empezar a jugar. Ocurrió en Valencia, también ante el Atlético. En ocasiones dejarlo todo para el final no siempre es sinónimo de buenas noticias y hoy el Sporting saldrá enchufado al máximo desde el primer minuto porque les va la vida en ello. Otra cosa es que sepan cómo manejar esta situación de máxima tensión. Ahí puede estar la clave del partido. La salvación hoy puede quedar a tiro de piedra.
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