Giovani Dos Santos posa para este periódico en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio. | M. À. Cañellas

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Sobre este mexicano brasileño, de aspecto aniñado y sonrisa fácil, recaerá una porción notable del nuevo Mallorca. Es el fichaje más mediático de la era Serra Ferrer. Con un palmarés notable a nivel de selección (1 Mundial sub-17, 2 Copas de Oro y la medalla de oro en Londres con México) y una vitrina plagada de trofeos individuales, Giovani Dos Santos Ramírez (Monterrey, 1989) recala en la Isla con la intención de recuperar aquella magia que esparció cuando se estrenó en Primera con el Barça con apenas 18 años. Casi un lustro y tres cesiones después de que el Tottenham desembolsara por él 6 millones de euros (más 5 por objetivos), Gio9 regresa a la Liga para liderar el nuevo proyecto mallorquinista.

Después de una nueva sesión de fisioterapia y de fotografiarse, uno por uno y sin perder la sonrisa, con sesenta chavales de la Fundació, Giovani Dos Santos atiende a Ultima Hora en la Ciudad Deportiva. Mientras sus compañeros refuerzan el aspecto físico en el Golf de Son Quint, el mexicano sigue con un plan específico para recuperarse de la lesión muscular que arrastra desde hace ya un mes.

—Sólo tiene 23 años, pero el mallorquinismo está muy ilusionado con su fichaje. ¿Le asusta esa presión de ser el fichaje estrella?

—Es una motivación que la gente esté ilusionada y ojalá podamos darle alegrías este año a la afición. El respaldo de los seguidores en la presentación resultó espectacular. Me sentí muy arropado, pero no me considero la estrella. Ni mucho menos. Soy uno más dentro del grupo y vengo a aportar todo lo que pueda.

—Dijo en la presentación que su intención era explotar de una vez por todas en su carrera. ¿Con qué objetivo llega al Mallorca?

—Con la intención de hacerlo lo mejor posible. En el Tottenham no tuve demasiada actividad y todavía tengo mucho que ofrecer como jugador. Mucho por crecer y progresar. Espero que el Mallorca sea ese impulso que necesito en mi carrera. Creo que va a ser así. Si me va bien a mí, le irá bien al equipo.

—Con apenas 18 años debutó en un Barça plagado de estrellas, con Etoo, Ronaldinho, Messi, Henry, Deco... ¿Cree que le pudo perjudicar esa irrupción tan deslumbrante porque en la Premier no ha cumplido con las expectativas?

—Nunca sabes qué hubiera podido pasar porque no podemos adivinar el futuro. A lo mejor si me hubiese quedado en el Barça, las cosas hubieran sido diferentes. Me fui de allí para buscar más minutos, pero no salió. Para mí fue un privilegio debutar en aquel Barça. Fue un sueño cumplido y aprendí mucho esa temporada. Son cosas que nunca olvidaré, aprendizajes que a día de hoy, a mis 23 años, me sirven para ser bastante maduro y tener experiencia en ese sentido.

—¿Qué es lo que más recuerda de aquel Barça de Rijkaard?

—La calidad que había, el cuerpo técnico y el nivel humano del vestuario.

— ¿Qué le faltó para triunfar en el Tottenham, que apostó fuerte por usted y pagó 6 millones de euros, más otros cinco en variables, al Barça?

—Me faltó más confianza y continuidad. Cada vez que iba cedido, las cosas me salían bien. Cuando acudía con la selección, todo funcionaba a la perfección. Jugaba y ganaba títulos. Pero a nivel de clubes, después de la marcha de Juande Ramos, no llegué a entrar nunca en los planes de Harry Redknapp en el Tottenham. Y en el fútbol, cuando no le entras bien a un entrendaor, ni siquiera te mira.

—El estilo de la Premier League parece más adecuado para futbolistas de músculo que imaginativos...

—Depende del entrenador. Cuando llegué a Londres estaba Juande, que fui el que me fichó. Después le sustituyó Redknapp, cuyo estilo de juego es más vertical. Más inglés. Con balones por arriba. Un estilo de juego que no se adapta, en absoluto, a mis condiciones.

—Aunque en los últimos años han recalado en el fútbol inglés jugadores de talento, como Silva o Cazorla, que sí pueden triunfar.

—Sí, todo varía del equipo al que vayas. Con Mancini y con los jugadores de calidad que tienen, puedes jugar bien. Al igual que Cazorla en el Arsenal, que es de los conjuntos que mejor fútbol practica. Y eso facilita la integración de jugadores que no somos físicamente tan imponentes.

—Repasando su trayectoria, la selección de México ha sido su equipo ideal. De hecho, ha marcado más goles y ha disputado más partidos con la tricolor que con cualquier club.

—Sí, es cierto. El historial que he conseguido a nivel de selección es importante en mi carrera. Esa continuidad es lo que me ha mantenido todavía en las vitrinas del mundo del fútbol. Es por ello que siempre estaré agradecido a mi país. Todos los seleccionadores, desde Hugo Sánchez hasta Eriksson pasando por Aguirre o El Chepo, han apostado por mí y no les he defraudado. La selección ha sido muy importante en mi carrera.

—¿Por qué escogió México cuando Brasil quiso que defendiera a su selección?

—Es cierto que se acercaron los dirigentes de la Federación Brasileña para que disputara con ellos el Mundial sub-17, que por cierto ganamos. Pero yo siempre quise jugar con México porque me considero más mexicano que brasileño.

—En verano recibió otras ofertas. ¿Por qué aceptó el Mallorca?

—Mi padre tiene buena relación con los dirigentes del club y el año pasado ya quisieron ficharme. El Tottenham siempre había dificultado mi posible regreso a España, aunque yo siempre les había manifestado que quería regresar a la Liga. Este año, en la última semana, el club puso más facilidades y se llegó a un arreglo. Estoy encantado de estar aquí, en un club donde sé que voy a estar bien y me darán confianza. Aquí espero encontrar la estabilidad que me faltó en otros clubes.

—Aunque es un hombre que se desenvuelve por todo el frente de ataque, ¿cuál es su posición ideal?

—Siempre digo que puedo jugar en todas las posiciones de ataque, pero cualquiera futbolista tiene una demarcación en la que se encuentra más cómodo. En el último año y medio, tanto en el Racing como en la selección, jugué por detrás del delantero. Ahí es donde mejor me encuentro.

—¿Cómo se encuentra de su lesión?

—Hace un mes que sufrí la rotura y cuando me había recuperado, volví a recaer por las ganas de reaparecer. Ahora tengo que estar centrado en recuperarme e ir despacio para no volver a sufrir una recaída, que es lo peor en este tipo de lesiones.

—En algunos sectores ha sido criticado por llevar una vida licenciosa.

—Mi fama de juerguista es un mito. En los clubes en los que he estado tuve entrenadores exigentes y no se han quejado de mí en absoluto. Porque salí una vez y lo colgaron en internet, se dijo que salía todos los días. Salgo de fiesta cuando se puede, cuando estoy de vacaciones o tengo tres o cuatro días libres.