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Acostumbrado a los focos, las cámaras y las incómodas preguntas de la prensa, a Joaquín Caparrós le tocó someterse ayer a uno de los interrogatorios más duros que recuerda desde que es entrenador del Mallorca. Cambió el técnico utrerano su habitual ubicación en la tribuna de oradores de Son Moix por el patio del Claustre de Sant Bonaventura, en Llucmajor, donde se encontró a un descarado audiotorio compuesto por trescientos jóvenes futbolistas. Flanqueado por su segundo, Luci Martín, y por su entrenador de porteros, Luis Llopis, el preparador respondió a las atrevidas cuestiones de los chavales, que no le concedieron un segundo de tregua. «Me estáis metiendo más presión vosotros que la prensa», llegó a lamentar en pleno bombardeo. Joaquín Caparrós acudió al corazón de la Isla con la intención de seguir estrechando esos lazos que mantiene con el mallorquinismo desde algo más de un año. Sólo unas horas después de que su Mallorca sufriera en Getafe la primera derrota de la temporada -«perdimos la oportunidad de dar un pasito más, pero hay que felicitar a los jugadores por su esfuerzo y por intentarlo hasta el último momento», le confesó a uno de los jóvenes-, el entrenador rojillo protagonizó ante los niños de cinco equipos (Espanya, Llucmajor, UD Arenal, Recreativo Arenal y Penya Esportiva Arenal) un coloquio en el que abundó sobre la cultura del deporte como principio educativo. Y tras recomendarles que se diviertieran sin obsesionarse con metas se puso ante el toro...

«¿A vosotros también os afecta la crisis?», trató de averiguar Guillem rápidamente. «La verdad es que somos unos privilegiados. Hacemos lo que nos gusta y estamos en un club serio. No vivimos la crisis directamente, pero en nuestras familias también hay gente que lo pasa mal y sabemos que la situación es dura. Sabemos bajar a la tierra», le respondía Capa poco antes de reconocerle a otro pequeño que fue un futbolista «regulín, regulín».

Sin embargo, uno de los momentos de la noche llegó cuando el joven Miquel preguntó al técnico acerca de ese aparente enfado que arrastra de forma permanente Serra Ferrer. «Lorenzo tiene su forma de ser y es un poco serio, pero también nos reímos mucho. La pena es que ha estado en el Betis. Si hubiera pasado por el Sevilla sería una persona más alegre», argumentaba Caparrós entre carcajadas.

Mientras anteponía a su club actual sobre el resto y se negaba a destacar a un único miembro del vestuario o a calibrar las opciones de que el equipo acabe la Liga en territorio europeo, Caparrós lanzaba un consejo a sus pequeños interrogadores: «No sentimos nada estando por delante del Madrid porque aún no miramos la clasificación, sino otras cosas. Pero vosotros si tenéis que pinchar a los merengues en el cole, ¡eh!».

Una vez concluido el acto, que fue organizado por el Ajuntament de Llucmajor y por la Penya de la localidad, Caparrós se fotografió junto a los niños y repartió autógrafos y chicles con sello propio. Los 'Capa Gum', con los que obsequia a los participantes de su campus, fueron los otros grandes protagonistas de la noche.