El técnico Joaquín Caparrós, durante un partido. | Joan Torres

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Joaquín Caparrós cierra filas. Enredado en la peor serie de resultados desde que habita en la azotea del fútbol español, el entrenador del Mallorca no quiere que el club exhiba una sola fisura. El utrerano, consciente de que su equipo está obligado a dejar atrás la depresión que lleva seis jornadas atenazándole, emitió ayer un mensaje de unidad desde la tribuna de oradores. Asegura el preparador que su relación con Serra Ferrer es excelente y que el ambiente de trabajo en el grupo es el ideal para intentar salir del bache este mismo fin de semana, coincidiendo con la visita al estadio de Balaídos.

Sin ser cuestionado acerca de un posible distanciamento con el máximo accionista y director deportivo, Caparrós se apresuró a subrayar la «buena sintonía» que existe entre ambos. «El equipo ha entrenado fantástico, hay buen ambiente y unión en todo el grupo. En todo el grupo», repetía para enfatizar su recado. «Y una magnífica relación con el presidente, la directiva, con Lorenzo (Serra Ferrer). Trataremos de coger una buena dinámica y para mí es un lujo tener a un máximo accionista que confíe en el equipo como lo haceel nuestro. Que haya sido entrenador nos da un plus, que es el de hablar el mismo lenguaje. Eso es una ventaja y somos conscientes de que pensando todos de la misma forma es la única manera de sacar las cosas. Del presidente al utillero, pasando por los jugadores, todos pensamos igual. También es cierto que en el mundo del fútbol hay que ganar, pero el ambiente es magnífico», apuntaba el sevillano.

Caparrós insistía en esa línea y justificaba sus palabras. «La relación es magnífica. Vamos todos con la misma idea y nuestra relación es muy buena. Hay alegría y buen ambiente, ahora sólo nos fallan los resultados. La única forma de conseguir algo es remar en la misma dirección. Es un lujo tener a un consejo de administración que te apoye». Además, el utrerno aclaraba que «los fichajes son consensuados siempre porque no conozco otra línea de trabajo. El nivel del diálogo y la sintonía son magníficos. Si no fuera así, me callaría. La lengua de madera la utilizo muchas veces, pero en esta situación no. Si no, soy de una tierra taurina y hubiera sacado el capote», explicaba el técnico.

Zanjado ese punto, Joaquín Caparrós admitía que «a nadie le gusta estar tanto tiempo perdiendo» y recordaba en voz alta la receta para arrebatarle algún punto al Celta en su propio estadio. « Debemos ser nosotros, tener ambición y ser colectivamente fuerte, además de tener la eficacia que no tuvimos en Riazor. También tenemos que tener mas consistencia en defensa, ser mucho más contundentes. Y ése es un concepto de equipo, no solo de la defensa», destacaba.